Nadie tiene duda de que para muchos un nuevo ciclo empieza cada septiembre. Tras el periodo de descanso comienza un nuevo arranque, un impulso cargado de novedades, ilusiones y proyectos. Y la renovación de nuestra imagen tiene mucho que ver con estos nuevos propósitos que nos marcamos. Es el reflejo de que algo dentro de nosotros está naciendo. Tras las vacaciones nuestro pelo necesita ser tratado para recuperar el equilibrio interno, pero también un corte que vuelva a definirlo, así como una revisión del color. Estos son los tres pilares de una melena sana, bonita y preparada para nuestro cambio.
La salud tiene raíz
El cuero cabelludo no deja de ser piel con unas características especiales. Es más grasa y tiene un riego sanguíneo más intenso debido a la presencia de los folículos pilosos, el lugar donde nace nuestro pelo.
«El cuero cabelludo es la base de una melena sana y bonita. Por eso, a la vuelta de vacaciones recomiendo una exfoliación que elimine células muertas, active el riego sanguíneo y lo prepare para aprovechar al máximo los beneficios del tratamiento que vayamos a aplicar. En nuestro salón realizamos un protocolo exclusivo a base de talasoterapia que incorpora colágeno vegetal, barros, agua de mar pura y algas para crear una sinergia única entre ciencia y naturaleza. Todo a través de un ritual que te sumerge hacia el fondo del mar a través de la cromoterapia, la decoración, la luz, la música, la aromaterapia y los ingredientes marinos para que, además, de belleza, se produzca el bienestar más profundo a través de todos los sentidos.», afirma Felicitas Ordás de Felicitas Hair desde Mataró (Barcelona).
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Cortes que nos renuevan
Cuando llega septiembre es el momento de repasar puntas, redefinir el corte o, simplemente, cambiarlo. El pelo sigue creciendo y en ocasiones pierde la forma. En otras, lo que nos apetece es un look nuevo. «Cuando tenemos una melena larga y le cortamos cuatro o cinco centímetros, la refrescamos y ya estamos haciendo un cambio. Sin embargo, si hay un corte que recomiendo para sanear el pelo, pero también para reactivar nuestra imagen, es el bob, en cualquiera de sus versiones. Las más desenfadadas, mezclándose con las capas del shag, la versión chic entera, con ondas, con flequillo… Su versatilidad es lo que hace atemporal y favorecedor. Para las que quieren cambiar, pero sin cortar demasiado, se llevan las melenas de los noventa, tipo Rachel, con desfilados sobre el rostro. Pero también, las de los setenta que peinaba estos mismos hacia afuera. Solo modificando el modo de peinarnos, ya nos transformamos, mostrando una nueva actitud.», comenta Rafael Bueno de Rafael Bueno Peluqueros desde Málaga.
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La energía del color
La coloración es de suma importancia. Llevar un tono adecuado resalta nuestro rostro y, por eso, debe hacerse teniendo en cuenta las características de nuestra piel y ojos.
«Los dorados gustan y favorecen a casi todas y, de cara al otoño, su luz es todavía más especial. Además, los tonos que aportan calidez me gustan para esta época del año. En verano el pelo rubio se ha aclarado o amarilleado y la manera de llevar un color más natural es con matices como los miel, los canela… Y en cuanto a las técnicas que más potencian estos reflejos, me gustan las ombré, las babylights, el money piece, pero, también, las balayage. El color posee la capacidad de enfatizar el corte y darle más fuerza a nuestra melena.», asegura Raquel Saiz de Salón Blue by Raquel Saiz desde Torrelavega (Cantabria).
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