Hace ya 20 años del momento en el que comenzó todo. El 22 de octubre de 2001, 16 desconocidos iniciaron una aventura que les cambiaría la vida. Jóvenes de muy distintos ámbitos a los que les unía una «obsesión»: cantar. Sin pretenderlo, ellos marcaron el camino para todo lo que vino después y convirtieron el formato en toda una revolución sin precedentes. Desde entonces, Operación Triunfo ha tenido altos y bajos, pero siempre ha sabido reinventarse y brindarnos cantantes que ya no solo han marcado la televisión, sino también la música española.
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Amores, desamores, discusiones, emoción… En las paredes de la academia de OT ha pasado de todo y, sobre todo, de ahí han salido actuaciones espectaculares. Bisbal y Chenoa encandilaron a todo el país con su relación y con ese Escondidos, que nos dejó sin respiración. También son memorables los inicios de Edurne, especialmente su actuación de These boots are made for walking, que nos permitió ver a la artista en un registro muy diferente. Otros como Soraya o Pablo López también pasaron por el concurso y se han convertido en artistas consagrados. Especialmente el último, que ya nos enamoró hace trece años con su voz al piano.
Imposible olvidar, también, galas como la de Disney de la primera edición o las de Eurovisión. Con ellas, descubrimos temas que han marcado a varias generaciones. Rosa emocionó a España con su participación en Eurovisión con Europe’s Living a Celebration, de la misma forma que Beth presentó su legendario Dime y arrasó. Más reciente, pero igual de relevante fue Lo Malo, de Aitana y Ana Guerra, que también fue un éxito absoluto de ventas.
‘Operación Triunfo’: Esfuerzo, emoción y momentos memorables
Pero, si hay algo que ha caracterizado al formato es la superación. Hemos visto a muchos concursantes frustrados porque no les salía una coreografía o porque se les resistía una letra. Y si no, que se lo digan a Lorena Gómez. La ganadora de OT 2006 afrontó la interpretación de The Land of 1000 dances como todo un reto, pero le costó mucho sacarlo adelante. Lágrimas continuas y mucho drama durante toda la semana. El resultado fue el «Lorenazo». Una actuación cargada de fuerza, que hizo que se posicionase como favorita a la victoria. Años después, también Ana Guerra atravesó un proceso complejo para la actuación de Sax, gracias a la que terminó siendo la favorita de la audiencia esa semana.
Como dicen los propios profesores, la academia es una escuela de alto rendimiento. El trabajo constante y la exigencia del concurso no siempre han terminado en buen puerto. Y ahí estaban los directores, para corregir comportamientos inaceptables en cualquier momento. Nina y Noemí Galera han sido las más exigentes y se han encargado de echar más de un rapapolvo a los participantes. La bronca de Nina a Vega, que casi termina en abandono o las reprimendas de Galera a los «triunfitos» de 2018 ya son historia de la televisión.
Quizás esa sea una de las claves del formato, que nos ha presentado a personas normales, que están en un proceso de aprendizaje y, por eso mismo, se equivocan, como todos. En ellos, muchas veces nos podemos reconocer a nosotros mismo y empatizamos con ellos, sobre todo con los perfiles más inocentes. Por eso enganchó tanto OT 1, porque no sabían a lo que iban, no buscaban la fama, sino que realmente se formó una familia, algo que más adelante se fue emborronando. Por suerte, después de un necesario descanso, la generación de OT 2017 volvió con esa verdad, porque sabían que el programa podría ser un fracaso, como ya lo había sido en su última edición.
24 horas al día de verdad
Operación Triunfo no es nada sin su casting, y cuando se entregan al concurso de verdad, sin pensar en nada más, es cuando el programa realmente funciona. Esa es su gran baza, en un momento televisivo en el que hay carencia de personas reales. Y también contribuye el canal 24 horas, en el que el espectador se sumerge en la academia y está con ellos día a día, minuto a minuto, los ve levantarse, comer, llorar, reír. En definitiva, es uno más de la casa. Lo mejor es que la producción es consciente y alimenta esa relación con una estrategia transmedia admirable.
No sabemos con certeza cuál será el futuro del formato, pero sin duda, Operación Triunfo ha hecho historia y ha sido un fenómeno insuperable. Por ello, desde esta tarde se podrá disfrutar de un especial de 24 horas, en el que múltiples rostros vinculados al concurso rememorarán los mejores momentos. Una oportunidad para revivir actuaciones que marcaron la vida de muchas personas, en la que seguro que más de uno se emocionará en cuanto suenen los primeros acordes del mayor himno del programa: Mi música es tu voz.