Por fin se ha estrenado la segunda temporada de ‘Emily in Paris’, se ha convertido en la serie perfecta para ver estos días de Navidad. Esta segunda temporada nos muestra la vida en la capital francesa de Lily Collins. Se vuelve a cruzar con varios personajes, como la amiga risueña y alocada; el atractivo vecino del que sigue enamorado; la jefa madura con una filosofía de trabajo muy diferente a la de la protagonista y con la que choca en varias ocasiones.
Esta serie tiene un añadido y es la moda, ya que los looks elegidos por los estilistas para la serie inspiran a cualquiera. Gracias a estos looks tiene un gran impacto en el mundo de la moda, una de las protagonistas llamada en la serie Sylvie Grateau, da a conocer todos los tópicos de la mujer afrancesada.
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Lo que comenzó como una parodia, ha conseguido visibilizar a las mujeres mayores de 50 años, reivindicando un personaje sensato, interesante y con buen estilo. Se ve una gran diferencia con respecto a los otros personajes y es que por ejemplo, Sylvie maneja su asuntos amorosos y pasa de dramas en sus relaciones. Un claro ejemplo es su relación con el jovén fotógrafo, con el que se divierte sin escuchar los comentarios de su alrededor.
Su estilo es inspirador, ya que en la serie la moda es uno de los aspectos más importantes. Su elegancia chic francés ha sido potenciada en esta segunda temporada, gracias a la diseñadora de vestuario Marylin Fitoussi y la asesora Patricia Field. En el vestuario encontramos prendas de firmas francesas como Andre Vauthier, también hay espacio para las marcas insiders, como Victor Weisanto.
En el caso de la directora de Savoir, llama la atención sus looks monocromáticos en el que añade siempre algo asocial. Así lo demuestra con un mono negro de aires santoral y escote palabra de honor, que acompaña con una pashmina de lana de cashmere.
El personaje de Sylvie atrapa en gran medida su cálculo estratégico, poder femenino y la cadencia al caminar, aporta su carácter de mujer poderosa y sofisticada. Su personaje va andado, no tiene presión, incluso su mayor obstáculo es la edad de su amante, lo toma de forma práctica, sin ningún lio, porqué todo es válido en el romance francés.