El actor Pablo Puyol protagoniza la obra Like, el musicapp¸ escrito, dirigida y compuesta por Esteban Ciudad, en el teatro Alfil de Madrid. La historia trata de dos personas que se conocen a través de una app de citas y, en la primera quedada, descubren que ninguno de los dos son realmente las personas que aparentaban ser.
Hablamos con Pablo Puyol para conocer su visión de esta nueva obra y de los temas que aborda que son un calco de la sociedad actual.
El musical es una historia de amor actual. ¿Cómo crees que entendemos el amor ahora?
Creo que amamos muy rápido. Vivimos en una sociedad en la que todo pasa a un ritmo brutal, y las redes hacen que también sea muy difícil amar de verdad, creo que se ama un poco como se ama en las redes, y creo que es mentira. La gente en las redes miente más que habla, y creo que eso es muy perjudicial, y creo que eso pasa en el amor, vivimos en un momento en el que todo el mundo quiere, pero de mentira, estamos esperando siempre algo mejor y no estamos satisfechos con lo que tenemos. Creo que no estamos en el presente, siempre estamos pensando en el futuro. En el amor estamos siempre pensando “a ver qué puedo conseguir que sea mejor que lo que tengo” y, a lo mejor, lo que tienes es maravilloso, disfrútalo.
¿Qué diferencias tiene Like, el musicapp, con respecto a otro musical?
Obviamente de los musicales grandes lo diferencia que es más pequeño (Risas). Creo que la historia es una historia súper bonita, una historia de amor entre dos personas que serían unos outsiders de esta sociedad en la que vivimos, en la que todo el mundo es perfecto, en la que en las redes sociales nadie es gordo ni feo. Hay que pensar que cada uno es como es: hay gente delgada, gente gorda, gente alta, gente baja, etc. Todo el mundo tiene que aprender a quererse como es y, por desgracia, vivimos en un mundo en el que nos enseñan todo lo contrario. Tenemos que luchar contra eso, pues genera mucha ansiedad el querer ser como quienes se muestran en las redes como perfectos.
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¿Qué sensaciones tienes al estrenar como protagonista Like, el musicapp?
Muy contento. Hace unos años decidí que sólo iba a hacer proyectos que me gustaran, que me divirtieran, y que me hicieran feliz. Este me hace muy feliz y me divierto muchísimo haciéndolo. Y me da igual si son grandes o pequeños espectáculos, creo que el proyecto en sí para mí es muy grande, porque lo estoy compartiendo con gente maravillosa, y estoy disfrutando mucho del proceso. Por desgracia ha sido más rápido que lo que pensábamos, hemos tenido que ensayar en muy poco tiempo.
¿Tienes algo en común con tu personaje?
Sí, tenemos en común la timidez. Yo, a veces, no lo parezco, porque estoy haciendo el mongui siempre, pero cuando no conozco a la gente, soy bastante tímido. Por ejemplo, a la hora de ligar, como a mi personaje, me da mucha vergüenza acercarme a una chica. Ahora ya no tengo esa necesidad (Risas), pero cuando la tenía en su momento, me costaba muchísimo. Y cuando me acercaba, me acercaba mal, nada tenía gracia… En cambio, si era al revés, se me acercaban y me hablaban, ya me relajaba.
¿Qué tal ha sido trabajar con Mara Jiménez sobre el escenario?
Es maravillosa. Ha traído un soplo de aire fresco a la producción. Hemos ido creciendo los dos juntos en los ensayos, y ahora tenemos una química súper bonita sobre el escenario. Creo que la pareja que hacemos genera mucha emoción, y hay momentos de la función en los que el público va a disfrutar mucho y se va a emocionar.
La función trata, entre otras cosas, sobre el uso de las aplicaciones de citas. ¿Las has usado alguna vez?
Sí. Hubo una época en la que vivía fuera de España y usé Tinder para conocer a gente. Y tuve algunas citas terribles: algunas de ellas no se correspondían con la foto que tenía de perfil, no es que no fuera la misma persona, sí lo era, pero las fotos llevaban muchos filtros, estaban algo diferentes. Ya no estás relajado y piensas “que se acabe esta tortura”.
Has hecho grandes musicales y, sin embargo, ahora estás en una pequeña producción ¿Cómo ves tu evolución en el teatro musical?
Estoy muy contento. Creo que hay sitio para todo. Los grandes musicales están muy bien, pero es cierto también que, dentro de ellos, te sientes muy apabullado por todo lo que lo rodea, suele haber grandes escenografías, vestuarios brutales… Y, al final, el actor que está encima del escenario tiene importancia, pero tiene como menos importancia. Sin embargo, en este tipo de espectáculos como Like, el musicapp, se centra más en la labor interpretativa de los actores, y no tanto en lo brutal que pueda ser la producción. A mí esto me atrae mucho más, aunque también estaré encantado de estar en una gran producción si en ese momento me encaja.
¿Cómo te gustaría que saliera el público del teatro?
Feliz y más contento consigo mismo. Lo que intentamos es que la gente se acepte como es, y que uno se quiera a sí mismo. Me gustaría que la gente saliera con una sonrisa, que se hayan emocionado, y que, encima, se quieran más.
En pocas palabras… ¿Por qué hay que venir a ver Like, el musicapp?
Porque es una comedia musical muy bonita, porque les va a mover muchas cosas, y porque van a salir siendo mejores personas.
Además de las funciones de este musical, ¿Qué otros proyectos tienes para el futuro?
Tengo varios. Estreno película la semana que viene, La mancha negra, una película que estoy muy orgulloso, y que se ha llevado ya 20 premios, que está teniendo muy buena acogida; y también tengo una película que rodé el año pasado con Miguel Ángel Muñoz, que es una comedia romántica muy guay, rural, y creo que se estrenará en el Festival de Málaga, y sigo con Servir y proteger en La 1, así que no puedo pedir más.