El ácido láctico es un alfa-hidroxiácido (AHA), un ácido natural que elimina las células muertas de la superficie de la piel (no todos los ácidos exfolian, un ejemplo es el hialurónico). En realidad, este ácido se obtiene de la leche, aunque hay opciones veganas, y también lo producen los músculos durante el esfuerzo físico, ya que puede retrasar la causa de la fatiga que se siente al hacer ejercicio.
Lo puedes encontrar fácilmente en exfoliantes profesionales o en productos de venta libre para el cuidado de la piel como serums, limpiadores, cremas y tratamientos. Se utiliza generalmente para exfoliar las células muertas, aclarar las manchas oscuras, reparar los daños causados por el sol y mejorar el aspecto de las líneas finas y arrugas. En lo que respecta a los AHA´s, el ácido láctico tiene un peso molecular bastante alto, siendo una de las moléculas más grandes del grupo, lo que significa que no puede penetrar tan profundamente como otros y que todo el trabajo que hace el ácido ocurre en la superficie de la piel, disminuyendo la cantidad de irritación y ayudando a proteger la barrera cutánea. A diferencia de otros alfa-hidroxiácidos, la estructura única del ácido láctico ayuda a retener el agua en la piel, hidratándola a la vez que la exfolia ligeramente. Tanto si tienes la piel sensible como si no, si otros AHA´s te causan irritación, prueba a cambiarlos por el ácido láctico, más suave y con los mismos beneficios.
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Beneficios y para qué sirve
En cuanto a la investigación revisada por expertos hay muchas pruebas que demuestran que es seguro y eficaz, aunque no se ha estudiado tanto como otros ingredientes para el cuidado de la piel, tales como el ácido glicólico o el salicílico: “Es bastante suave para personas que tienen la piel inflamada, quiénes sufren por ejemplo de rosácea, eczema o psoriasis. El ácido láctico ayuda a disolver la capa de células cutáneas que se acumula alrededor del folículo piloso y a aliviar la sequedad del eczema y la psoriasis. Además, tiene propiedades humectantes, ayuda con la limpieza de los poros y también favorece la renovación celular y contribuye a reafirmar la piel” – nos cuenta Esperanza Sáenz, responsable de imagen de Nezeni Cosmetics.
Cómo podemos utilizar el ácido láctico
El ácido láctico no es ningún novato en el mundo del cuidado de la piel, su origen se remonta a la época de Cleopatra, se dice que la reina egipcia se bañaba en leche para mantener una piel perfecta. Se forma mediante un proceso de fermentación en el que las bacterias convierten azúcares como la glucosa en ácido láctico. Puede ser un polvo blanco o un líquido transparente y puede formularse con ingredientes compatibles en serums, cremas, limpiadores y peelings químicos. Y aunque se encuentra de forma natural en productos lácteos como la leche y el yogur, la mayor parte del ácido láctico que encontramos en productos tópicos para el cuidado de la piel se produce sintéticamente.
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La firma sevillana Nezeni Cosmetics cuenta con algunos productos a partir de ácido láctico como el AHA Facial Peeling, su exfoliante estrella que combina cuatro ácidos como el glicólico, azelaico, láctico y tartárico con el fin de renovar la piel y disminuir los primeros signos de envejecimiento, así como la crema de noche antiarrugas con Bakuchiol (ácido láctico 50+) o la reafirmante 40+. Otro producto indispensable es el tónico Defending Water para todo tipo de pieles, que incluye además extracto de algas, inositol, ácido hialurónico y hammamelis: “Cómo ocurre con todos los ácidos, debemos tener precaución al usarlo, sobre todo personas alérgicas o intolerantes a la lactosa, salvo que tengan la supervisión de un dermatólogo. Además, el ácido láctico hace que nuestra piel sea más sensible al sol, por lo que se recomienda aplicar por la noche y en el día, un protector solar por la mañana, SPF30 o superior. Por último, si usas retinol, lo mejor es alternarlo pero no los mezcles a la vez y en el mismo día” – recomienda Esperanza Sáenz.