Adrián Lastra: «Las redes sociales no me hacen más cercano. Yo soy así»

Adrián Lastra vuelve a pisar un escenario después de más de dos años alejado del teatro. Lo hace con Privacidad, una obra que está disponible en el Teatro Marquina desde este mes. Para Lastra, una de los grandes bazas de este trabajo es poder jugar con el público y volver a hacerlo con un 100% de aforo. Aprovechando la reflexión sobre la intimidad, el madrileño asegura que se desharía de todas las redes sociales, aunque reconoce que no lo ve factible: «Para que tengamos una privacidad pura, la única cosa es volver a hace 15 años o irnos al monte y olvidarnos de esto». Así es el Adrián más crítico.

¿Cómo te sientes con la llegada de Privacidad a Madrid?

Con muchas ganas de enseñar esto al público de aquí y, sobre todo, por tener otra vez la posibilidad de estar con el 100% de aforo en un teatro. Yo también tenía muchas ganas de volver a subirme a un escenario, de volver a las raíces, encima con una función tan diferente como Privacidad, que te permite jugar con el público, con el texto…

La función en la que sabéis más del público que él de vosotros, ¿por qué?

Nosotros jugamos. ¿La magia existe? La magia es la ilusión de una persona. Nosotros jugamos con la ilusión también, con el saber cosas de ti que a lo mejor tú sí sabías, pero quizás no recordabas. Hablamos de que creemos que sabemos más cosas de la sociedad de lo que la sociedad cree de ella misma, porque también tenemos una información que te vamos a dar. Hay cosas que dan miedito, pero se crea un debate. Para poder cambiar a la sociedad, para que tengamos una privacidad pura, la única cosa es volver a hace 15 años o irnos al monte y olvidarnos de esto.

«Yo borraría las redes sociales y volvería a lo de antes: a pagar por cada mensaje y a llamar por teléfono»

 

¿Crees que la gente saldrá abierta a reflexión?

Seguro, porque si te crea un debate, te crea una reflexión. A mí, por ejemplo, me da más miedo cada vez que tengo que aceptar, pero al final acepto porque yo no sé si hay posibilidad de tener un cambio. No lo sé. Personalmente, creo que no. Yo borraría las redes sociales y volvería a lo de antiguamente, a pagar 20 céntimos por cada mensaje y a llamar por teléfono.

¿No crees que tienen ese lado positivo de acercarte a la gente?

¿Pero tú no crees que hay más cosas malas que buenas? Nos puede acercar al individuo público, a la masa, muchas veces, pero ¿eso es bueno del todo? Yo soy una persona cercana. A mí las redes sociales no me hacen más cercano, yo soy así. Instagram es un fake. Hablamos del narcisismo, de las personas. Que sí, que molan las redes sociales para informarte de cosas, pero es más de cotilleo, que de información. Si lo que te hace internet, muchas veces, es quitarte información y nos hace ser más ineptos. No hay un momento para la memoria. ¡Qué pena!

También vuelves al teatro después de mucho tiempo, ¿cómo ha sido este reencuentro?

Yo no hacía teatro desde diciembre antes de la pandemia, así que tenía mucho mono de escenario. El teatro es donde empecé y tenía ganas de subirme a un escenario, de estar con amigos. Estoy muy feliz de poder disfrutar de esto con el público y tener la posibilidad de tener el teatro lleno. Y ya que quiten de una vez, ojalá, las mascarillas en los espacios cerrados. Es que estamos atados. Han salido un montón de imágenes de festivales en Europa de masas y masas de gente. ¿Ha pasado algo? Señores, hay que seguir viviendo. Hay que ir a un concierto y hay que cantar y hay que bailar. Me da mucha pena estar encima de un escenario y que no podamos ver al público sonreír, tío. Por lo menos que esté opcional. Hay que relajar y empezar a quitarnos el miedo.

La cultura ha sido una de las mayores damnificadas.

En todo momento. Es cierto que el mundo de la hostelería también y el de los feriantes. Te tienes que reinventar porque o te reinventas, o comes mierda. Ojalá que llegue ya el año que viene y que lleguen las fiestas de los pueblos, volver a disfrutar. Que la gente pueda ligar en un garito, que se puedan comer la boca en una esquina, si quieren.

«Te tienes que reinventar porque, o te reinventas, o comes mierda»

 

¿Eres mucho de fiesta de pueblo?

No mucho, porque no tengo pueblo. Pero mi chica es de Jaca y tengo unas ganas de vivir esas fiestas. Pero todo el mundo; tú sales a Madrid ahora al centro y ves el bullicio. La gente tiene ganas de salir a un restaurante a cenar, de tomarse una cerveza, una copa, de cantar en un karaoke y se ve en la sociedad.

Empezaste en el teatro con los musicales, ¿volverías a uno?

Obviamente. Tengo muchas ganas de volver a hacer teatro musical bueno. Me encantaría volver a ser dirigido por David Serrano. Yo siempre digo que si la gente quiere ver algo parecido a Broadway en España, vete a ver Grease. Yo llevo haciendo 17 años teatro musical y, para mí, es defender una partitura, defender un texto y defender una coreografía. Todo. Esto es la mili, y en la mili tienes que saber hacer de todo. Si quieres disfrutar, vete a ver Grease, vete a ver algo de calidad.

Además, tú cantas, bailas, actúas… ¿Te verías encarnando a Danny Zuko?

Sí, pero lo que ha hecho David Serrano es darle al texto una realidad. Danny Zuko y Sandy tienen 17 años. Los chavales de Grease son chavales de 17 años de verdad. Yo sería más Vince Fontaine.

¿Cuál sería tu papel soñado?

Un superhéroe, como el Capitán América. Me flipa, soy súper fanático de ese personaje, me encantaría hacer algo así.