Agatha Ruiz de la Prada y Mila Ximénez, con color y sin tacones

No es ninguna novedad el hecho de que la fiesta llega cuando Agatha Ruiz de la Prada se sube a la pasarela.

La diseñadora, junto a su hija Cósima, ha presentado su nueva colección rodeada de amigos e invitados muy especiales. ¿El front row? Lleno de celebridades como las hermanas Campos, Jesús Reyes, Ales Gibaja, Yolanda Berrocal o cantantes como Tini Stoessel u Omar Montes.

Minutos antes de empezar, la pasarela ardía al ritmo de grandes canciones de los 80, 90 y 2000. “Una de las mejores cosas de los desfiles de Agatha, es la música”, no hacen más que decir sus invitados.

Y justo cuando las luces parpadean y los de comunicación despejan la pasarela, nos enfrentamos a lo que es una realidad: Agatha se ha vuelto más moderna. Y en esto su hija tiene mucho que ver. Ya hace varias ediciones que la diseñadora confirmó que su devoción se acercaba más a la estética que siempre había odiado: el chándal. 

No obstante, parece que ya no. Puesto que sus propuestas toman un rumbo más sport con sudaderas, faldas de lana, trajes de lentejuelas, o tejidos reflectantes.

El desfile, largo y con múltiples propuestas, tenían cabida para todo tipo de mujeres. La primera parte estaba dedicado a mujeres más sutiles a las que no les gusta (tanto) destacar; y la segunda estaba llena de toques agathadizados como son las guirnaldas de espumillón, los volantes estratosféricos y esos zapatos que a los simples morrales nos parecen tan imposibles.

 

Es difícil hablar de una paleta cromática cuando se trata de Agatha Ruiz de la Prada. A lo largo de toda la pasarela se han dejado entrever amarillos chillones, azules eclécticos, combinaciones icónicas de la marca – como es el rosa y rojo –, verdes, naranjas, blancos… Eso sí, por el momento, el negro todavía no se ha dejado ver. Aunque, francamente, no sabríamos decir cómo reaccionaríamos ante él.

Para finalizar su show, y dado que Agatha Ruiz de la Prada, es mucho Agatha Ruiz de la Prada, la casa ha invitado la periodista Mila Ximénez ha clausurar su desfile. Con gracia, encanto y sin tacones.

Una autentica fiesta con el sello de la firma que, edición tras edición, todo el mundo desea ver y disfrutar.