La firma Ailanto propone un viaje desde las pinturas de las naturalezas muertas del siglo XVIII a los océanos del siglo XXI y así presenta su nueva colección en Ifema.
Con una curiosa puesta en escena, el diseñador quiere destacar la estética del mar y reivindica la conservación de los mismos con con grandes conchas y collares de perlas de plástico reciclado.
Nacida de una idea de primavera-verano, ambos diseñadores ven a la mujer 2020 con estilismos llenos de estampados marinos con de conchas, corales, perlas, algas y caballitos de mar. Además, con un propósito muy especial: otorgar a cada prenda un carácter bello y natural. Son elegantes propuestas con apliques llenos de pedrería. Los motivos marinos son la base de la imagen de Ailanto. Siempre sutil, elegante y muy romántico.
La pasarela da inicio con bases verdes y rosadas; y poco a poco se van introduciendo colores crudos hasta llegar a azules empolvados. A medida que avanza, la música deja de ser francesa y aterciopelada. El desfile toma un ritmo algo más acelerado en el que introduce estampados con colores más estridentes. Una moda para una mujer más atrevida, a la que le gusta llevar pantalones y vestidos fluidos. Ailanto termina con propuesta más nocturnas. Deja paso a colores potentes como naranjas, rojos, y a otros más opacos como negros teñidos de lentejuelas. Las perlas siguen estando presente a forma de corazas. En el pecho. Un toque barroco que, sin duda, aporta distinción a toda la colección
En cuanto a tejidos, Ailanto apuesta por materiales vaporosos como gasas de seda, bambulas de algodón seda, cuero y ramit; aunque también hay espacio para los algodones bordados con corales, lentejuelas con formas reticulares y gasas con bordados de lirios.
En cuanto a la paleta cromática, los colores navegan entre ácidos corales, suaves perlas, azules espirulina, verdes musgo y ocres estrella de mar. Entre los accesorios, pinzas y collares de perlas. Y entre los detalles a destacar, vestidos con capas drapeadas superpuestas, chalecos construidos con pequeñas perlas, mezcla de texturas brillantes y mates y pañuelos que dibujan volúmenes.
Es importante que los diseñadores tomen conciencia (y sobre todo, postura) a la hora de producir sus nuevas colecciones. Por lo que, esto deja muy bien a la firma.
En definitiva, la colección nos hace querer trasladarnos y vivir en la costa de Normandía y, por supuesto, convertirnos en Waterlover.