Analizamos el vestuario de Juego de Tronos

Después de 8 temporadas, Juego de Tronos ha marcado esta semana el fin de una de las series que pasará a formar parte de la historia. Para sobrellevar la resaca que nos ha dejado el último capítulo, te traemos un análisis del vestuario de la octava temporada.

 

El armario de Sansa durante estas 8 temporadas ha ido evolucionando con el personaje.  Ha ido cambiando tanto su vestuario como el peinado para mimetizarse con los personajes que tenía alrededor. En esta temporada, ya de nuevo en su hogar familiar junto a sus hermanos, Sansa ha encontrado una nueva imagen que refleja sus valores y homenajea a sus antepasados. La actriz, Sophie Turner ya adelantaba que su personaje cambiaría esta temporada los vestidos por la armadura. «Esta es la primera vez que tengo una. Teníamos la idea de que fuera muy protectora y que se la pudiera cerrar ella misma. Quería que ella tuviera una armadura y fuera un poco más guerrera. Es algo así como la guerrera de Invernalia», dijo la actriz.

La sorpresa en Sansa en cuanto a su vestuario lo podemos encontrar en el vestido con el que es coronada como Reina del Norte, lleno de matices y significados.

Con un complejo trabajo de bordado, las mangas del vestido tenían plasmadas hojas de Weirwood, un árbol mágico que se encuentra en Invernalia. Este árbol de corteza blanca solo crece en el bosque del Norte, por lo que es un símbolo del reino de Sansa. Además de las hojas del árbol de Weirwood, las mangas tenían bordadas escamas de pez, un motivo que indudablemente representa a la Casa Tully,  homenajeando a la madre de Sansa.  En la parte superior, una pechera metálica que asemeja ramas del bosque de Weirdwood. Alrededor del cuello, luce una estola de piel de lobo, máximo símbolo de la Casa Stark, y guiño a Jon Snow, por eso la corona de plata en forma de anillo tiene forma de dos lobos.

Hablando de Jon Snow, él ha sido de los que ha mantenido un mismo estilo sin prácticamente evolucionar hasta esta temporada. Su peluda capa se ha convertido en una seña de identidad de la serie. Hace poco, el actor Kit Harington hacía mofa de su propia capa en el programa The Late Show With Stephen Colbert. “Pesa una tonelada, y huele fatal”, bromeaba. “Todos los años le añaden más peso porque la diseñadora de vestuario, obviamente odia a los actores. Y creo que hacia el final quería agotarnos para que no se nos ocurriera jamás volver a hacer la serie”.

En cuanto a la Madre de Dragones, Daenerys, atrás quedan los vestidos vaporosos o las blusas ligeras. Ha cambiado los estilismos de ensueño por un look tan guerrero como la ocasión lo merece, con materiales como el cuero y pieles. Sin embargo, no abandona sus raíces, sino todo lo contrario ya que, tal y como se explica en el especial El trono al descubierto que se emite semanalmente tras cada capítulo, desde mediados de la última temporada ha comenzado a introducir los colores rojo y gris oscurocomo protagonistas de sus looks, tonalidades que representan a la casa Targaryen. Además, incluye cadenas en forma de cabeza de dragón y sus capas están conformadas por las escamas que cubren el cuerpo de estas bestias.

Por último, la reina de Poniente, Cersei, quien declara la guerra a prácticamente todo el continente y cada vez decrecen más sus aliados, por ello su imagen se ha vuelto mucho más oscura.  Luce una corona que no se asocia a ninguna casa, lo que demuestra su independencia. Sigue llevando vestidos, pero mucho más cómodos, con bajo a la altura de los tobillos para tener mayor movilidad y sin escotes ni grandes mangas. Al igual que Sansa, viste casi por completo de negro, aunque ella potencia aún más ese aura de luchadora mediante ornamentos como hombreras metalizadas y cadenas cruzadas sobre el cuerpo.