Ay, urbanita… ¡Qué calor hace! Y más en Madrid. Pero no te preocupes, tenemos un restaurante por el cual valdrá la pena salir de casa: Antonella.
Situado en el corazón de Arturo Soria (Diego Ayllón, 16), este restaurante italiano es la última incorporación del grupo Le Cocó. Lleno de ese sabor tan característico del Mediterráneo (y lo digo porque yo soy nativa mediterránea), Antonella nos invita a degustar un trocito de frescura, tradición, feminidad y pasión.
Una de las cosas que más nos llama la atención es la forma en la que está decorado. Es acogedor, cándido y muy italiano. Nada más entrar, tienes la sensación de que la cándida Toscana te saluda, invitándote a entrar y seduciéndote con una buena copa de vino (bien frío, eso sí; que hace calor).
Hay mucha luz, puede que sea por el color amarillo limón; protagonista en toda esta historia. Le pregunto a una de las camareras y me dicen que el mérito es de la interiorista Marta Banús (y que también se encargó de los restaurantes Le Cocó, El Columpio y Giulietta). ¿Su inspiración? Uno de los campos dorados de la Toscana – ya veis que no iba mal encaminada–.
Sin duda, es un rinconcito cento per cento italiano. Lo tiene todo, hasta limoneros, un jardín de hierbas aromáticas y bodegones gigantes con peperoncino, aglio e pomodoro secco; cestas llenas de pasta multicolor; Parmigiano Reggiano y Mortadella di Bologna.
Y ahora hablemos de lo que verdaderamente importa, y por lo cual nos plantearíamos venir aquí: la comida. Para mujeres y hombres con paladares bastante agudos, (y más con los restaurantes italianos), tenemos claro una cosa: con la comida no se juega.
Pedimos flores de calabacín en tempura con mayonesa de ajo asado y albahaca, burrata con tomate confitado y mermelada de cebolla roja y espagueti con trufa, queso parmesano y huevo poché. Nos lo sirven dentro de un queso de rulo y lo preparan delante de nosotros. Una forma original y muy artesanal de mostrar al comensal qué es lo que va a comer.
Como postre, la especialidad de la casa: tiramisú. Aunque tranquilos, que si veis venir una cafetera italiana no, no os están tomando el pelo. Abridla, porque dentro y servido bien frío, se encuentra vuestro postre.
Como no podía ser de otra forma, no te dejan escapar sin probar el ácido y artesanal limoncello.
Si estás por Madrid y te gusta la comida italiana, Antonella, sin duda, es tu restaurante.