«Au pair», la desesperación del foráneo al son de Manolo Escobar
Terror y toros. ¿Un cuadro de Goya? Así sentí «Au Pair«, el corto de David Pérez Sañudo presentado en la 54ª edición del Festival de Sitges.
David Pérez Sañudo debutó con el largometraje el año pasado con «Ane«, nominada a Mejor Película en los Premios Goya y ganadora de tres: Mejor actriz por Patricia López Arnaiz, Mejor actriz revelación por Jone Laspiur y Mejor guion adaptado por David Pérez Sañudo y Marina Parés. La película recorre el fondo emocional fruto de las heridas del terrorismo en el País Vasco a través de los ojos de Ane y Lide.
El cortometraje denuncia el trato que los españoles, o los residentes de un país en general, damos a los extranjeros cuando vienen a nuestro país. O más bien, el escaso recibimiento que les ofrecemos. Lo poco que les preparamos. Lo nada que les explicamos. Con «Bienvenido Mr Marshall» aprendimos una lección: no magnificar las visitas foráneas. Y es precisamente eso lo que le sucede a Nadia, que llega a Valladolid, a la España rural, a enseñar francés a Néstor y la que acaba aprendiendo es ella misma entre banderillas y corrales.
En el viaje de ida, Fernando, el padre del chico, explica a la empleada que «venir de au pair no es como venir de erasmus, que aquí se viene a currar». Pero claro, si Néstor no sale de su habitación, Nadia no puede hacer bien su trabajo. Aunque siempre tendrá a Paco, el cerdo, a quien además de darle de comer, le tiene que poner su hilo musical. ¿Y qué música escuchan los cerdos en España? Manolo Escobar, sin duda. A mí me cuadra perfectamente.
«Au pair» viaja desde la más inaguantable desesperación de Nadia hasta su miedo más desmedido. El hecho de que Néstor no quiera salir de su habitación, una habitación al final de un pasillo al estilo de El Resplandor, hará que Nadia ponga en duda la identidad del chico. Porque, desde luego, huella deja. Y rastro. Es interesante el mensaje implícito de «permanencia» que presenta el corto, de preservar aquello que nos define, de documentarlo todo y de conservar para recordar.
En el relato hay elementos, situaciones y recursos que recuerdan a otros momentos de «Ane». Una de estas situaciones son la idea de las comidas en pareja, frente a frente, que juegan con planos y contraplanos, situaciones para generar diálogo. Un diálogo que, mejor aún, no se presta en imágenes pero se percibe en el guion. Otro elemento son las vías del tren, presentes en el trabajo del director, que en Ane son parte de la profesión de Lide y en «Au pair» son la alfombra de reflexión de Nadia. Por otro lado, uno de los aspectos que más me llaman la atención, y me gusta, es que está rodado en 16mm, lo que aporta al filme una estética propia de la mentalidad rural del lugar al que llega la au pair.
En el reparto, brilla Sarah Perles (El Cid, Doctor Who) como una inocente recién llegada, y aparece Luis Callejo (Bajocero, Tarde para la ira), de quien me han faltado algunos minutos más en pantalla pues su actuación agrada siempre y se queda algo corta su presencia.
Pérez Sañudo plantea un corto que casa la comedia con el terror para derivar en una Psicosis cómica en la que Norma Bates aparece al son de ¡Qué viva España!. Desde un plano más profundo, «Au Pair» es un viaje interior a nuestra cultura, nuestras costumbres, a la búsqueda de la identidad y el romper con los cánones y estándares de edades, generaciones, nacionalidades y… especies. (Valoración: 7/10)
Juan María Villagrán
Comunicador. Decidí dedicar mi vida a la comunicación desde diferentes vías, como son las palabras, las redes sociales, la fotografía o el cine. Presentador y ponente de eventos. Me gusta vivir experiencias para poder contarlas.