Hace más de 30 años, en 1987, se estrenaba la obra «¡Ay, Carmela!», escrita por José Sanchis Sinisterra. Es uno de los textos más representados sobre los escenarios nacionales e internacionales, por el que su autor recibió el Premio Max a la mejor autoría teatral en 1999. Aquellas primeras representaciones contaron con Verónica Forqué y José Luis Gómez como protagonistas, y bajo la dirección de éste último. Su historia relata la de dos protagonistas que se chocan de frente con una dura y compleja realidad, que tratan de entender para poder enfrentar.
En el cine, «¡Ay, Carmela!» contó con su adaptación, dirigida por Carlos Saura y ganadora de 13 premios Goya, entre ellos a la mejor dirección, a la mejor actriz protagonista Carmen Maura, y al mejor actor protagonista Andrés Pajares y, entre otros, el premio más deseado, Mejor Película, en la 5ª edición de los Premios Goya en 1991.
Esta temporada, el Teatro Bellas Artes de Madrid acoge una versión de esta obra, dirigida por José Carlos Plaza y producida por Producciones Faraute y Pentación Espectáculos. Para el papel de Carmela, será la actriz María Adánez la que sostendrá el peso de su figura, acompañada por Pepón Nieto, quien será su acompañante Paulino. Hablamos con los intérpretes y su director para conocer sus sensaciones llevando a cabo una obra tan querida por el público.
https://www.instagram.com/p/CqnDHlCMtmZ/?utm_source=ig_web_copy_link
María Adánez (Carmela): «Es una función que he provocado yo hacerla».
La actriz María Adánez es Carmela por su propia voluntad: «Es una función que he provocado yo hacerla. Tengo pocos deseos como actriz. Bueno, cada vez tengo más… Es una función que desde que se la vi a Verónica Forqué y a Santiago Ramos dirigidos por Narros, me impactó mucho y, en ese momento dije ‘yo algún día quiero hacer ‘¡Ay, Carmela!» y, en plena pandemia, hablando con Pepón, se nos ocurrió trabajar juntos en el teatro y, de repente, me dijo Pepón que pensase en un texto para dos personas, y me vino ‘¡Ay, Carmela!'» y añade: «Es muy bonito, muy gratificante y muy elegido», ya que para ella significa: «tener un deseo y verlo hecho realidad. Además de la joya de función que es, porque para mí es un clásico contemporáneo nuestro. No sabes lo bien que se lo pasa el público, lo que disfruta, se emociona, llora, y se hace partícipe y cómplice de la función».
Adánez siente alguna similitud con Carmela: «Me identifico quizás con las ganas de vivir, la alegría. Es un personaje que nos recuerda hoy en día, en esta era que vivimos a través de las pantallas, lo importante de volver a los instintos, a las cosas sencillas, del disfrutar de lo mundano, de la alegría de vivir. Y viene muy bien, porque estamos muy acelerados, vivimos muy controlados por todo, y estos son personajes muy liberados, conectados con la vida, con el sol, con las estrellas, con hacer el amor, con comer».
La historia escrita por Sanchis Sinisterra lleva al espectador y a la actriz a una reflexión en torno a la memoria: «La función nos habla de lo importante de recordar los errores que puede cometer un país, o el mundo entero. Nos recuerda el horror de la guerra. Desgraciadamente estamos viviendo un conflicto muy cerca, pero no sólo además el conflicto, creo también que las redes sociales fagocitan mucho los nacionalismos, las tendencias polarizadas… Y esta función también nos recuerda el peligro de todo esto. Nos recuerda la fragilidad de los sistemas». Y hablando de recordar, en su memoria está la actriz Verónica Forqué, que estrenó el papel de Carmela hace más de 30 años: «Claro que nos viene a la mente Verónica Forqué. Además, en la sala de ensayos, tenemos un cartel tan bonito que hicieron Miguel Narros, Santiago Ramos y ella, en su momento, y lo teníamos en la sala de ensayos. Encima, esta función habla de los muertos, de la importancia de recordar, y ha estado muy presente entre nosotros».
Pepón Nieto (Paulino): «El espectador que entra al teatro a ver ‘¡Ay, Carmela!’, no sale de la misma manera»
Para acompañar a Carmela en la historia, conocemos a Paulino, un actor de revista. En esta versión de José Carlos Plaza, el responsable de encarnar a Paulino es Pepón Nieto, que intenta darle una personalidad original al personaje: «‘¡Ay, Carmela!’ vuelve y vuelve. Y esto es algo que yo siempre me he planteado, qué voy a aportar yo a esta función que no hayan hecho otros compañeros maravillosos a los que además admiro muchísimo a todos… Pero te das cuenta que el Paulino que yo hago, o que haga cualquier actor, no tiene nada que ver con los otros». Y por otro lado, señala que se trata de una representación muy acorde con el concepto original de la obra: «El punto de vista de José Carlos Plaza, el director, que quiso ser muy fiel al texto, es muy austera la función y está contada como es, toda esa crudeza que tiene la función, el frío, el hambre, la guerra, el miedo, el que la vida se ha convertido en algo que tiene el valor que le da el que porta la pistola y te puede pegar dos tiros en cualquier momento… Toda esta crudeza está. El teatro tiene que servir para remover y para transformar. Y yo creo que el espectador que entra al teatro a ver ‘¡Ay, Carmela!’, no sale de la misma manera». El actor comenta que la obra aterriza en una actualidad muy parecida a la del relato: «Es una historia que es, lamentablemente, muy oportuna. Hay una guerra en Ucrania que nos afecta mucho, que estamos viendo y que no deja de ser una guerra fratricida, casi una guerra civil. Y también estamos muy polarizados políticamente, hay unos discursos muy reconocibles de esta Guerra Civil nuestra, un resurgimiento de los nacionalismos, de la ultraderecha…».
Nieto afirma que le complace el estar representando esta obra: «Yo disfruto muchísimo la función. María y yo decimos que podemos hacer la función en un bar de carretera, con mirarnos ya tenemos bastante. No necesitamos más» pero también reconoce que: «cuesta la función, cuesta entrar en esa emoción, y Paulino es una montaña rusa, pasa por muchos sitios. Además, la función está construida como con flashbacks, que van y vienen, y vemos a Paulino y Carmela en muchos momentos, antes y después de la muerte… Toda esa vorágine por la que pasan los personajes cuesta como actor, pero también es una función muy disfrutona».
José Carlos Plaza (director): «Quiero que el público, cuando salga del teatro al ver la obra, piense ‘esto no puede volver a pasar'».
El veterano director teatral José Carlos Plaza es el responsable de la dirección de esta nueva propuesta: «Me parece que es de las grandes obras del teatro español, y la dirijo encantado» expresa. Para Plaza, es importante mantenerse fiel al guion original: «Yo creo mucho en los textos. No creo tanto en las puestas en escena. Yo soy de contenido, no de forma. Yo he hecho lo que he creído que la obra dice. Como está tan viva, no he tenido que tocar nada. Además, está contando algo aparte del grito de libertad e ir contra el fascismo, está contando la memoria histórica, que no podemos olvidar, para no repetirlo», a lo que agrega: «Quiero que el público, cuando salga del teatro al ver la obra, piense ‘esto no puede volver a pasar'».
Ante la pregunta sobre volver a representar esta obra, el director responde que «Creo que en estos momentos hace mucha falta. Hay muchas Carmelas, y ojalá hubiera más. Hace mucha falta contar esta historia una y otra vez en el momento en el que estamos viviendo. Lo que cuenta es absolutamente imprescindible, con este avance de la ultraderecha, que a mí me tiene asustado». Supone traer una obra en un momento en el que la cartelera de la capital está llena de ofertas: «En Madrid hay mucho espectáculo, hay mucha representación, pero teatro hay poco, teatro de verdad. Hecho por profesionales, que saben hacer teatro, ya no hay tanto… Creo que el teatro está muy abandonado, no hay ayudas, hay migajas de subvenciones, no hay enseñanza, hay un bache…».
«¡Ay, Carmela!» se representa desde el 5 de abril al 11 de junio en el Teatro Bellas Artes de Madrid. Puedes comprar aquí tus entradas. Además, hay una promoción de un 20% de descuento en funciones seleccionadas.