Con parte del desierto sobre la pasarela y con notas arábigas, así presentaba Beatriz Peñalver su colección Nómada. Una de las más aplaudidas por saber combinar los diferentes estilismos culturales y plasmarlo en la realidad, lo que ha dado como resultado una explosión de diseños con un marcado carácter étnico y elegante a la vez.
Su propuesta se ha basado en colores tierra y cobrizos, azules y naranjas en un mix de tejidos que iban desde el punto como propuesta para el día hasta tejidos brillantes para la noche. Para los días de frío nos propone largos abrigos, chaquetas oversize y de punto hasta los tobillos, maxi jerséis con volumen en los hombros para resaltar su protagonismo y suéteres.
Pero es en la noche, donde la diseñadora granadina despliega todo su potencial y nos deleita con vestidos dotados de un maravilloso movimiento y en los que pone su sello personal, sus raíces y es que Nómada está concebida como que todos estamos en constante movimiento y caminamos hacia el mismo lugar. Algo que ha sabido reflejar muy bien en vestidos con aire flamenco, flecos, volantes y plumas.
Peñalver quiso plasmar la sensualidad, la femineidad y la exaltación de la belleza de la poderosa mujer Tuareg y es aquí, en su propuesta nocturna dónde lleva a la realidad sus sueños.