Mucho se está hablando del primer vestido con el que Bella Hadid apareció en la alfombra roja de Cannes. Todo el look fue un acierto y eso es evidente, pero se está dejando pasar por alto la historia detrás de ese vestido y como me parece muy injusto, vengo a contarlo.
Mucha gente esta diciendo que se trata de una pieza de archivo de la colección de Alta Costura de 2002 ‘La Parigote‘ de Jean-Paul Gaultier, bien, pues esto es una verdad a medias. Para que una pieza sea de archivo de ser la original de esa esa pasarela y el vestido de Bella no lo era, pero ahora te cuento por qué.
Después de la premiere y tras posar ante los fotógrafos con su imponente traje de Haute Coture, Bella Hadid publicaba en sus historias de Instagram cómo había sido posible que ella llevara ese look. Lo que probablemente no te imaginarás es que la propia modelo le habló al equipo de Jean-Paul Gaultier mandándoles una foto de la pasarela del 2002 donde Naomi Campbell desfilaba con el vestido bicolor. La pequeña del clan Hadid les contó que estaba obsesionada con ese vestido a tal punto que hasta soñaba con el. Obviamente les pidió por favor si se lo podían dejar para asistir al Festival de Cannes.
Y aunque esto no siempre pasa, le dicen que el original está expuesto en un museo por lo que no se lo pueden prestar. Un ejemplo de que en esta vida todo no se puede conseguir… o sí. El equipo de la casa de modas le propuso a Bella hacerle una réplica del vestido original en seis días, repito ¡seis días!
Teniendo en cuenta que para confeccionar un vestido de Alta Costura básico, es decir sin bordados ni incrustaciones ni nada por el estilo, ya se tardan mínimo unas 200 horas. El vestido se lo hicieron en seis días, así que os podéis imaginar la tarea titánica a la que se enfrentó el equipo de Jean-Paul Gaultier para que Bella pudiera llevar su vestido soñado. Estoy casi segura de que en el atelier no tuvieron tiempo ni para respirar, pero recordando las fotos de la modelo en la red carpet creo que les mereció la pena.
Aunque hay que fijarse mucho, el vestido de Bella guarda una pequeña gran diferencia con el que llevó Naomi hace dos décadas. Todos sabemos el estricto protocolo que rige el Festival de Cannes, por eso Bella añadió a la parte del escote, bajo el tul negro, unas piezas a modo de bralette para tapar el pecho.
Con esta elección Bella Hadid nos ha demostrado una vez más su buen gusto, homenajeando a la vez el trabajo de uno de los modistos franceses más importantes de este siglo y que, recientemente, se ha retirado de las pasarelas.
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