Lo que más me gusta de entrevistar a la gente es conocerla, pero conocerla de verdad: saber quiénes son, qué esconden detrás de lo que hacen, cuáles son sus debilidades, sus fortalezas, de dónde vienen, a dónde van y, sobre todo y entre otras miles de preguntas, por qué hacen lo que hacen.

Por eso, hoy quedamos en el Estupenda Bar con Bertt Que y Simón Salinas, un par de músicos con proyectos en solitario que se conocieron a través de Instagram. Las redes sociales pueden ser muy útiles y después de un par de charlas, decidieron sumergirse en una pequeña gira en conjunto. 

Así que, tras pedir un par de cafés, un té y al ver que Mamen (nuestra artista a la cámara) ya estaba preparada, llega el turno de las preguntas, y la primera es: ¿cuál es vuestra historia?

Simón: Yo estaba embarcado en otro proyecto, en otra banda; pero llegó un momento en el que sentía que ya no me representaba. No teníamos los mismos intereses y, tiempo después, comencé a trabajar en un barco. Soy marinero. Allí fue donde descubrí que quería emprender en solitario como músico.

Bert: Yo también venía de otra banda, Marionetas. Escribíamos canciones, pero tenía la sensación de que no avanzábamos de manera profesional y dedicí tomar otro rumbo. Descubriendo a músicos por Internet, descubrí a Simón y decidimos hacer la gira conjunto.

“No somos tan distintos. Todos tenemos problemas y cosas que nos preocupan. Todos nos enamoramos y a todos nos rompen el corazón”, Bert

¿Qué es lo que siente un artista en solitario cuando se da cuenta de que la banda en la que estaba ya no le representa y se plantea emprender un camino individual?

Simón: No dejará de ser la banda con la que empezaste. El corazón se te divide. Por un lado, sientes que estás dejando de lado a tus amigos, pero por otro, es un proyecto nuevo. Es una dualidad.

Bert: A mí me costó mucho decidirme. Es como la primera pareja que tienes. Siempre será difícil, pero nunca he dejado a mis amigos de lado. Fue duro, pero al final, ellos también han seguido haciendo sus propios proyectos.

¿Y qué os inspira como músicos?

Simón: Yo hablo de mí. Quizás me expongo demasiado, aunque trato de poner metáforas para que la gente lo interprete a su manera.

¿Y no te da miedo exponerte tanto?

Simón: A veces sí, pero como te decía, intento que no se entienda con figuras retóricas. En este disco hay muchas menciones al mar, y en él se ve que lo estaba pasando mal. Lo bonito es cuando alguien te dice que se ha sentido muy identificado con tu canción. El hecho de que un músico consiga ponerle banda sonora a la vida de alguien, aunque sea por solo un tiempo, es muy gratificante.

Y a ti, Bert, ¿qué te inspira?

Bert: En mi caso, hablo de vivencias propias. No obstante, también creo historias inspirándome en cosas de mi alrededor. Y con respecto a lo que ha dicho Simón de la banda sonora de la vida de alguien, eso te hace ver que, al final, no somos tan distintos. Todos tenemos problemas y cosas que nos preocupan. Todos nos enamoramos y a todos nos rompen el corazón.

No sé si será una percepción mía, pero noto cierta sensibilidad a la hora de hablar de vosotros y de la música. ¿Es vuestro modo de expresión?

Simón: Sí. Completamente.

Bert: Yo diría que más que modo de expresión, es nuestra terapia.

¿Qué sentisteis la primera vez al escenario?

Bert: Recuerdo que estaba aterrado. No había cantado nunca delante de nadie. Vinieron todos mis amigos, había mucha gente, pero, cuando terminamos, solo podía pensar en cuándo haríamos el siguiente.

Simón: Yo estrenaba banda, estrenaba canciones, y lo hicimos en un concurso de bandas que al final ganamos. Fue una experiencia redonda.

“En el momento en el que no te haga ilusión tocar delante de alguien que no conoces y que ha venido expresamente a verte, es el momento de dejarlo“, Bert

¿Seguís sintiendo la adrenalina del primer día?

Simón: Siempre sientes ese gusanillo y es importante no perderlo.

Bert: Los nervios de salir a tocar delante de gente que no conoces, siempre están. La música es algo que te remueve por dentro. En el momento en el que no te haga ilusión tocar delante de alguien que no conoces y que ha venido expresamente a verte, es el momento de dejarlo.

¿Cuál es vuestro talón de Aquiles?

Simón: ‘Un minuto de ti’ y ‘Maggie’.

¿Existe esa Maggie?

Simón: Sí, pero no es solo por eso, sino por la dificultad de la letra y musical.

¿Y tú, Bert?

Bert: Mi Talón de Aquiles es ‘El impulso’. Es la que da nombre al proyecto, pero también es la canción más receptiva por el público. Es con la que cerramos siempre. No obstante, la que más me cuesta tocar es ‘Dónde están los problemas’. En ella me expongo, empiezo solo y la banda me sigue.

¿Qué es lo que necesita una canción para triunfar?

Simón: Eso es una pregunta complicada. A veces, tú piensas que una canción lo va a petar y luego lo hace una que no te esperabas. Generalmente, son las propias canciones quienes te sorprenden.

Bert: Al final, las canciones más sencillas, las que tiene un mensaje claro y sencillo, son las que llegan a más gente.

“Son las propias canciones quienes te sorprenden“, Simón

¿Qué experimentáis cuando alguien os escribe porque le encanta vuestro trabajo?

Bert: Yo debo confesar que, a veces, no sé qué decir. Das las gracias, pero llegas a sentir que te repites mucho. Siempre es un halago que alguien te diga que le encantan tus canciones, pero cuando no conoces a esa persona, es complicado decir algo más que ‘gracias’.

Simón: Sobre todo, eso pasa porque no te lo terminas de creer. Tú haces un producto, en este caso canciones, porque te gusta y porque lo necesitas, pero nunca con el objetivo de que triunfe entre la gente que te escucha.

La música como herramienta de denuncia, ¿es efectiva?

Bert: Cuando te dejan, sí. Creo que no se deben mezclar ideologías. Hay quien dice que la política está en todo, estoy de acuerdo, pero creo que en la medida que se pueda evitar que el público sepa de tus ideologías, mejor. Hay que saber diferenciar y yo prefiero no tocar esos temas.

Pero a la hora de componer canciones que apoyen a determinados colectivos o que estén a contra del maltrato de género… Eso ya es una ideología, ahí la música actúa como herramienta de proyección. Y por eso ya te pueden tachar.

Bert: Sí, pero es una ideología más humana.

Bueno, pero hay determinados partidos que están en contra de eso…

Bert: Completamente de acuerdo. Lo que está claro es que hoy en día, todo es política. La gente se ha vuelto muy sensible. Antiguamente podías escribir canciones sobre lo que quisieras y a quien le gustaba, te escuchaba, y a quien no, no te escuchaba. Pero ahora se ha creado una sociedad en la que si algo no te gusta, no lo ignoras, sino que lo criticas, lo machacas y te crees intocable porque haces algo que no tienen ningún tipo de repercusión. Eso es otra historia.

Simón: No deja de ser música nada de lo que haces. En ella expones parte de ti, y eso tiene unas consecuencias.

“Vivimos en una época en la que no se apuesta por los nuevos artistas. Si ya tienes A y B, quieres A y B, y crees que no necesitas nada más”, Simón.

¿Qué dificultades encontráis como artista?

Simón: En mi caso, el problema es la ubicación. En el colegio, rodean las Islas Canarias con una especie de muro y, a veces, tienes la sensación de que ese muro existe de verdad. Ya puedes hacer mucho ruido, que cuando llegas a la península, te das cuenta de que no ha servido de mucho. Además, vivimos en una época en la que no se apuesta por los nuevos artistas. Si ya tienes A y B, quieres A y B, crees que no necesitas nada más.

Bert: Yo soy catalán y, por suerte, tengo que decir que no he tenido ningún problema con los conciertos que he dado fuera. No soy independentista, pero la gente te tacha y generaliza. La clave para superar y mantenerse en este mundo es la constancia. No rendirse. Nunca. Jamás.

¿Y cuáles son vuestros próximos proyectos?

Simón: Estamos haciendo una semana sí y una no de una pequeña gira y en entremedias, estoy grabando mi próximo disco, que espero que salga el verano que viene.

Bert: Sigo en mi línea. Al año saco cuatro temas. Es complicado sacar un disco empezando desde tan abajo. Y así me va bien.

Y ya lo más importante, ¿cuál es la razón que os mantiene?

Simón: En mi caso, es porque tengo la música constantemente metida dentro de mi cerebro. Es algo que forma parte de mí.

Bert: Recuerdo que mi padre me llevó a un concierto de AC/DC cuando yo era pequeño. A raíz de eso, empecé a escuchar música con más calidad. Poco a poco descubrí una cosa: la música puede mover a la gente y eso es lo que quería hacer.