Britney Spears ha estado sometida a una tutela durante 13 años. Su padre (tutor legal) ha aprovechado hasta el último día su poder. Pero, finalmente, una jueza ha puesto fin al infierno al que la cantante ha estado sometida durante todos estos años. Por fin, Britney vuelve a ser Britney y puede hablar por sí misma.
«Sé lo embarazoso que es compartir el hecho de que nunca he visto dinero o que no me han dejado conducir mi coche… Honestamente, aún me estalla la cabeza cada vez que despierto y me pregunto cómo y familia y la tutela pudieron hacerme lo que me hicieron. Solía mantener la paz y y quedarme callada por mi familia… Pero no esta vez… ¡No lo olvidaré!» estas son las palabras con las que Britney mostraba su indignación y rabia ante la situación en una publicación de Instagram. Y sí, en pleno siglo XXI, una mujer de 39 años puede estar privada de su libertad durante 13 años mientras la justicia no mueve un dedo.
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Todo comienza en el año 2008, cuando un juez decide que la cantante no es capaz de decidir sobre su vida, debido a los problemas psíquicos que sufre. Probablemente, si muchos se quedan con este comienzo, aprueban la decisión. Pero lo cierto es que por muy «preventiva» que haya sido la medida, todas las personas tenemos derecho a decidir sobre nuestra vida y nuestro cuerpo. Pero cuando hay un interés monetario de por medio, es cuando el ser humano deja de ser racional. En este caso, Britney dejó de ser ella misma, no podía decidir sobre su cuerpo, sus bienes y ni siquiera sus hijos. James Parnell se convirtió en Britney. Incluso sus publicaciones de Instagram se encontraban bajo la custodia de su progenitor.
A raíz de todo este enjambre, surgió el movimiento #FreeBritney. Sus fans no han cesado la lucha contra la tutela conservadora de la cantante, y ahora, ella ha querido agradecerles el apoyo, porque sin ellos no habría sido posible.
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¿Cómo será la nueva vida de Britney Spears?
Britney ahora puede disfrutar de cosas que antes no le eran permitidas como «tomarme mi primera copa de champán» o «pensar en tener otro bebé». Durante estos años, su padre no permitió que tuviera otro hijo, o tampoco la dejaron conducir su propio coche. Además, la cantante no ha podido contraer matrimonio con su novio Sam Asghari, pero ahora, que es libre, ya ha comenzado con los preparativos de la boda. Y hasta lo que sabemos, la encargada de crear su vestido será Donatella Versace.
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Una de las pocas cosas que Britney negó a hacer mientras que su padre custodiara su tutela, fue la música. Ahora, ¿volverá la reina del pop a componer canciones? Aún no sabemos nada sobre el tema, pero lo que está claro es que ahora, la cantante ha de disfrutar de su libertad y de su vida, que durante 13 años no disfrutó.