Encontrar un acompañante para ir al teatro a las 22:15h de un sábado es difícil. La gran mayoría de estudiantes celebran su fin de exámenes entre pintas y un puñado de frutos secos rancios. Sigue haciendo el mismo frío mortificador de siempre, pero entre canciones de ‘Extremoduro’ y ‘Britney Spears’ (bendita combinación) los portones rojos del Teatro Lara nos transportan a ‘Cádiz’.
Y solo con poner un pie en la sala escucho un “Te va a encantar. Esta obra es como muy de tío”. Tengo que contenerme para no preguntarle que a qué se refiere con lo de ‘muy de tío’. Aunque la verdad es que ese rumor se ha debido de extender, porque a unos minutos de comenzar, me doy cuenta de que la sala está llena.
En escena aparecen tres amigos, pero amigos de los de verdad, de los que parecen hermanos. Eugenio, Adrián y Miguel lo fueron en su infancia, pero por cosas de la vida, dejaron de tener cosas en común. Sus caminos se distanciaron y sus vidas se han vuelto muy diferentes. Eugenio es abogado y piensa en el futuro, a Adrián le ha tocado la lotería y solo piensa en el presente, y Miguel trabaja en Fnac, vive con sus padres y piensa en el pasado. No obstante, tienen algo en común: con cuarenta años ninguno ha entendido que los amigos no tienen por qué ver las cosas de la misma forma.
El guion es brillante, pero no por su complejidad, sino más bien por todo lo contrario. Está bien medido y bien ejecutado. Hay química sobre el escenario y las tres personalidades, dispares y extremistas, conviven bajo los focos.
Eugenio es el más responsable. No obstante, sus frases causan furor entre el público “Pero si a ti te gustaba Perales”. Además, pone la nota de color cuando el contexto no tiene escapatoria: “No te me pongas literal que no te aguanto”.
Adrián es un vive la vida que intenta sobrepasar la crisis de los cuarenta. Y cumple todos los patrones: una moto, una chupa y una botella de whisky de 600€, aún a sabiendas que sus amigos prefieren el ron.
Y Miguel es, sin duda, el favorito del público. Posiblemente, por ser el más básico (aunque también el más listo). “Es más joven que la botella de la botella whisky” o “yo no pienso, soy básico”.
En definitiva, ‘Cádiz’ es una armonía que emerge desde la estupidez masculina y como bien cita el autor, Fran Nortes, representa la necesidad de cambio de la definición de ser “hombre”, porque “quererse” no es solo cosa de chicas.
Así que pasen, vean y viajen a ‘Cádiz’ en el Teatro Lara.
Equipo ARTÍSTICO
Reparto: Nacho López, Bart Santana y Fran Nortes
Equipo TÉCNICO
Dramaturgia: Fran Nortes
Dirección: Gabriel Olivares