Son las 19:45 y llueve. Los Teatros Luchana sirven de refugio para todas las personas que, huyendo del mal tiempo, comparten un plan en común esa tarde de viernes: asistir a una fiesta de cumpleaños. Sin embargo, no es una fiesta al uso. El cumpleañero, Manuel Ramos (Noly para los amigos) nos recibe en el escenario junto con Jaime Zelada con el objetivo de festejar la llegada a la cuarentena (una palabra, en estos tiempos, quizás poco afortunada) de una forma muy peculiar: rememorando las canciones que más han marcado las últimas décadas. Así comienza ‘Cantar las 40’, una comedia musical que sumerge a todos los invitados a esa particular fiesta de cumpleaños a un viaje profundo al centro de la nostalgia.
Desde los 80 hasta hoy, este showman hace un repaso por la cultura y la historia de estas últimas décadas a través de la historia de su propia vida, y lo hace sirviéndose de los grandes hitos musicales que a él y a toda su generación le han acompañado en este trayecto. Partiendo de sus experiencias vitales, Manuel nos trae desde bandas sonoras como La Historia Interminable o Mamma Mía a grandes temas de ayer y de siempre nacionales e internacionales. Antonio Vega, Madonna, Mecano o Shakira fueron algunos de los invitados de honor a esta celebración.
Un constante juego con el público, saltando de la emotividad a la risa, y de ahí a la reivindicación. Una obra completa y dinámica que cumple bastante bien su objetivo principal: hacer que el público disfrute y rememore tiempos pasados. Incluso si no se coincide en fechas con el protagonista, su historia, en algún momento u otro, hace que el público empatice y colabore de ella y, además, las canciones ayudan no solo a ponerse en situación, sino a empatizar y ubicar mucho mejor la historia de Manuel y hasta de la uno mismo.
‘Cantar las 40’es en sí una fiesta de cumpleaños, y como toda fiesta, hay momentos para todo (desde perder los papeles al ritmo de un temazo ancestral a sacar el lado más sentimental rememorando tiempos pasados). Pero lo que nunca puede faltar en una fiesta es la música, y con una banda sonora como la de esta obra, el disfrute de ayer y de hoy está más que presente. Más que un cumpleaños, en esta obra se celebra la vida con sus subidas y bajadas y, por supuesto, con las canciones que siempre serán compañeras.