La Sala B del Teatro Central de Sevilla abrió ayer sus puertas a un espectáculo de esos que calan tan profundo que se hacen difíciles de olvidar. Con la totalidad de las entradas vendidas para el primer concierto de su nueva gira, Carmen Boza creó en el teatro de la capital hispalense una burbuja íntima donde, durante las casi dos horas de duración del concierto, solo se hablaba un lenguaje de corazón a corazón.
La artista dejó clara su intención: quería que los que estábamos allí presente sintiésemos nuestra la verdad de sus canciones. Y cumplió con éxito su función, la verdad se hizo presente en cada una de sus palabras, en cada uno de sus acordes, ahondando en heridas mal sanadas, reconfortando las turbulencias del alma, creando un paréntesis en la rutina para, tan solo, conducirnos de la mano por el camino de su arte.
El espectáculo comenzó trayendo de vuelta la voz de La Faraona. Por toda la sala retumbaba la famosa entrevista que Jesús Quintero realizó a la gran Lola Flores, donde ella recomendaba tomarse la vida “con método”, y donde hizo su célebre intervención: “¿Sabes por qué yo estoy guapa? Porque el brillo de los ojos no se opera, porque lo que sientes por dentro, te sale a flor de piel”. Como si de un mantra se tratase, las palabras de la inmortal artista dieron pie a ‘Intro’, la canción que abre su último álbum, La caja negra, y que abrió también el concierto.
Pidiendo “tiempo muerto y suerte”, la artista de La Línea de la Concepción continuó con temas pertenecientes a La caja negra y a su ópera prima, La mansión de los espejos, de la cual cantó un tema homónimo en cuya letra amenaza con “manejar un arma” y anuncia con disparar. Finalmente, disparó. Carmen dispara cada vez que un tema nace de sus entrañas. Dispara en cada una de sus canciones, habla de dolor, de culpa, de ilusiones truncadas. Habla de la vida moderna y de cómo, en ocasiones, el cambio es la única salida, aunque venga provocado por “una mala decisión en el momento exacto”. Dispara y duele.
Entre tanto, te canta esa ‘Nana Noir’ que amansa a la fiera que nos come y que luchamos por comernos. O evoca ese ‘Golpe de Suerte’ que, seguramente, traería a más de una mente en la sala algún nombre y apellido, algún zumbido de voz casi borrado. O, simplemente, repite el ‘Mantra’ que, cuenta, tanto le ayudó cuando necesitaba algo a lo que agarrarse, y que ahora hace lo propio con todos aquellos que también se repiten que “todo lo que tengo malo dentro, se vaya yendo”.
En el concierto también hubo tiempo para rememorar los inicios de la artista, en los que compartía sus composiciones con el mundo, en un impulso casi animal, vía Internet, sin dejar tiempo al reposo ni a los arrepentimientos. Añorando esta época pasada, Boza ha decidido que en esta nueva gira presentará en sociedad todos esos temas a los que ya ha dado vida y aún no han tenido ocasión de ver la luz. Ayer le tocó el turno a una de esas canciones “no apta para corazones sensible”, y aunque, una vez más, supo qué tecla tocar para remover espinas, fue suficiente para confirmar que es una auténtica pena mantener ese tema más tiempo en el cajón.
Tras la despedida y agradecimientos de rigor antes de hacerse de rogar y dar paso a los bises, ‘Gran Hermano’, uno de sus temas más conocidos y admirados, fue el encargado de cerrar esta primera parte, aunque la canción que puso el broche de oro al concierto fue su magnífica ‘Octubre’, donde, lejos del dolor y la nostalgia, al fin tiene cabida el amor. Y qué declaración de amor.
Carmen Boza tiene como objetivo de esta gira transmitir verdad, y no es una meta complicada cuando lo que muestras ya viene directamente de ella. Las letras de Boza son puñal y abrazo a partes iguales, su voz oscila en el prodigio de ser suave y áspera según toque, sabe de lo que habla cuando habla de dolor, pero también sabe de qué va el amor (el propio y el ajeno), cuando viene y cuando va. Con todos estos ingredientes, es tarea sencilla alcanzar, como hizo ayer, este propósito, pues, como ya decía Lola, si lo que sientes por dentro sale a flor de piel, no vas a obtener otra cosa que belleza.