Christian Simmon nos traslada a un mundo fantástico

La semana de la moda más importante de nuestro país comenzó el martes con los desfiles, los llamados Off, ya que las pasarelas no están ubicadas en Ifema sino que son los diseñadores los que escogen la ubicación del evento. El segundo desfile de la Fashion Week, tras el debut de García Madrid, ha sido el de Christian Simmon y ha tenido lugar en el Gran Teatro Bankia situado en la estación de ferrocarril de Príncipe Pío.

En “Renaissance”, así se llama su nueva colección, hemos visto nuevos clásicos surgidos de formas del pasado. Pese a que el show comenzaba con retraso no defraudó a los asistentes.  Las luces se encendieron con el diseñador al piano en el centro de dos pasarelas circulares. Como ya sabéis, Christian es un artista multidisciplinar que combina sus dos pasiones: la moda y la música. Por ello, es habitual que él mismo sea el encargado de poner voz a sus prendas.

La colección se centró en volúmenes sensuales que dejaban poco a la imaginación, utilizando también materiales transparentes pero, ¿cuál es el problema de enseñar el cuerpo humano? Si lo que se busca hoy en día en la moda es la igualdad de sexos y las prendas gender-less, ¿cuál es el problema de que una modelo muestre el pecho?

Tal y como dice Simmon, ha utilizado “prendas vaporosas sobre patrones sofisticados” para transportar al espectador “a un mundo fantástico y divino”. Aunque la paleta principal usada en “Renaissance” fue neutral (blanco, beige y negro), el diseñador también se lanzó con colores más agresivos como el naranja o el rosa.

Los arriesgados looks fueron completados con detalles en dorado tales como los pezones y los pies de los modelos que le daban un toque todavía más atrevido. Respecto al calzado, se apostó por botas por debajo de la rodilla.

La mayoría de los modelos lucía el cabello hacia atrás, estilo wet (peinado con gomina sin raya) y un maquillaje brillante con los pómulos extremadamente marcados en fucsia que se alargaba hasta la parte superior de la ceja.

Un vestido nupcial fue el último look del desfile muy poco convencional pues consistía en un traje de gasa transparente de color carne tras la que se podía ver la ropa interior de la modelo con el detalle del logo de Christian Simmon. Tras desfilar, acompañó al diseñador en el piano, ni siquiera se separó de él ni para desfilar durante el carrusel final, convirtiéndose así en un emotivo cierre que no dejó a nadie indiferente.