Con las temperaturas que se vienen registrando hace días y con el mes de agosto ya adentrado, el verano está más que decretado. Mañanas de piscina, tardes de chiringuito y mar y noches de cenas al aire libre marcan esta época del año tan esperada por todos.
Durante estos meses ya sabemos que debemos usar protector para cuidar nuestra piel del sol o proteger nuestro cabello de los indeseados efectos del agua de mar. Pero, ¿hemos pensado alguna vez que nuestra sonrisa puede verse afectada por estos mismos factores? Y es que el verano también tiene algunos efectos negativos que pueden perjudicar nuestra salud dental. Según explica el Dr. Khaled Kasem, jefe de ortodoncistas de Impress, la nueva generación de ortodoncia invisible, algunas consecuencias pueden ser:
- Cloro: el cloro es un químico que se utiliza para potabilizar el agua, cambiando su PH natural para combatir bacterias y hongos que pueda haber en ella. Si bien por darte unos cuantos chapuzones no vas a sufrir sus consecuencias, sí que debes saber que inmersiones prolongadas o muy continuadas pueden afectar a tus dientes, debido a este cambio de PH, provocando debilitamiento, sarro o erosiones dentales que dañará elesmalte dental.
- Cambios de hábitos: el verano hace que, naturalmente, nuestras rutinas se modifiquen. Solemos aumentar la ingesta de carbohidratos, alcohol y bebidas azucaradas. Pero debemos saber que estos alimentos afectan a nuestra salud bucal. Las bebidas azucaradas disuelven el esmalte dental. El alcohol seca la boca y desgasta el calcio de las piezas dentales. Esto no significa que no vayamos a disfrutar de una buena comida, sino que sepamos organizarnos y controlarlo, para evitar estos efectos.
- Higiene: derivado del punto anterior, los cambios de hábitos pueden generarnos algunos descuidos u olvidos, haciendo que la higiene bucal quede relegada a un segundo plano y saltando algunos de los momentos diarios en que deberíamos hacerlo. Así, se incrementan las posibilidades de padecer caries u otros problemas tales como la gingivitis, halitosis (mal aliento) o el aumento de la placa bacteriana.
- Shocks de temperaturas: como es lógico, durante estos meses aumentamos el consumo de bebidas y alimentos fríos o helados y esto puede provocarnos hipersensibilidad dental. Es decir, esa sensación molesta y hasta dolorosa al ingerir estos productos. Esto se da debido al PH ácido que suelen tener estos alimentos tan fríos y que afectan a nuestros dientes de esta forma.
- Deshidratación: el calor y las altas temperaturas pueden originar deshidratación de las mucosas orales. Una boca con poca saliva puede alterar su equilibrio provocando caries, enfermedades periodontales o halitosis.
Pero no todo es negativo. Si se siguen algunas recomendaciones sencillas es posible evitar estos efectos y lograr tener nuestra mejor sonrisa, también en verano. En palabras del Dr. Kasem:
- Hidratación: como siempre y en cualquier momento del año, el agua debe ser tu gran aliada. Recuerda mantener siempre una correcta hidratación que repercutirá en una mejor salud dental.
- Alimentación: para contrarrestar los efectos negativos que puedan tener los alimentos o bebidas con PHs diferentes al de nuestra boca, es recomendable tomar alimentos con PH neutro, que no dañen a los dientes. Algunos pueden ser como aceite de oliva, plátanos, remolacha, coles de Bruselas, apio, cilantro, arándanos y té de jengibre
- No abandonar los tratamientos: si estás siguiendo un tratamiento de ortodoncia invisible o utilizas férulas de descanso nocturnas, no dejes de hacerlo por más de que estés de vacaciones. Aunque te cueste un poco más, tómatelo a conciencia y no abandones para no tirar por la borda lo conseguido en meses anteriores. Además, el correcto uso de los alineadores te ayudará a no comer de más o abusar del picoteo entre comidas, y te incentivará a beber más agua, ya que es el único líquido que puedes ingerir sin quitártelos.
- Higiene: no la pierdas. Recuerda lavarte los dientes después de cada comida y sobre todo después de inmersiones en el mar o en piscinas con cloros.
- Aprovecha para visitar al dentista: este puede ser un buen momento para esa revisión anual que vienes postergando, ya que tienes más tiempo y no estás en la vorágine del día a día. Hazte un hueco en la agenda y visita al profesional. Un buen chequeo a tiempo puede evitar más de un dolor de cabeza.