Hace más de una semana que el documental ‘Cómo cazar a un monstruo’ se estrenó en Prime Video y sigue siendo tendencia en redes sociales. Carles Tamayo (@tamayostuff), su director y realizador, es un conocido youtuber famoso por infiltrarse en sectas para descubrir su entramado y denunciar su funcionamiento.
La docuserie de ‘Cómo cazar a un monstruo’ trata sobre un caso que afectaba personalmente a Tamayo. El regidor del cine de su pueblo (Cinema la Calandria, en El Masnou) fue condenado por una sentencia en 2021 a 23 años de cárcel acusado de abuso a menores y pederastia. Pero este sujeto no habría ingresado en prisión y seguía haciendo su vida como si nada hubiese pasado.
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Este depredador infantil es Lluís Gros, que llama a Carles para que investigue y haga una película para limpiar su nombre. El documental empieza con este primer encuentro y esta petición y, a pesar de que el youtuber acusa a Lluís de ser culpable, este insiste en que realice el documental. Esta primera escena ya nos indica que no va a ser una docuserie al uso ni un true crime. A lo largo de tres capítulos de casi una hora, vamos a ir descubriendo no solo la vida y la faceta más espeluznante de Lluís Gros, si no los crudos testimonios de las víctimas.
Carles hace uso de recursos como videollamadas, conversaciones telefónicas, conversaciones en el coche, además de entrevistas, para construir este relato. Parece hecho de una forma más casera, más cotidiana, que acerca al espectador sobre lo que está viendo en pantalla y huye de grandes recursos y planos. Tampoco existen grandes giros dramáticos: desde el principio hasta el final se sabe que Lluís es culpable. Sin embargo, el ritmo con el que está montado hace mantener cierta tensión, sobre todo en el capítulo final. Creo que esto es lo que marca la diferencia, lo que hace que sea una pieza especial.
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La impunidad es el gran tema que toca el documental. ¿Cómo puede ser que una persona condenada por sentencia a 23 años por pederastia esté en la calle? Carles investiga esto y pone de manifiesto una clara deficiencia en la burocracia española. Hay veces que cuesta incluso mirar a la pantalla cuando Lluís Gros habla a cámara con tanta seguridad sobre su inocencia y realiza bromas y chistes que no tienen ninguna gracia. En una escena este le pregunta a Carles: “¿Y cómo sabrás la verdad?”. Esto es lo que da pie al comienzo de la investigación. Las críticas a Carles por su forma de hacer el documental no han sido muchas, pues han prevalecido aquellas que elogian su capacidad de investigación y del montaje del relato.
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Aún no se conocen cifras exactas sobre su visionado, pero se prevé que será un gran éxito. Desde luego, está siendo un documental que no está dejando indiferente a nadie y que está sirviendo como base para abrir un debate sobre el tratamiento de la justicia y de los medios de comunicación sobre estos casos. Esperemos que sirva para esto y que Carles siga sorprendiéndonos con sus investigaciones.
