Hay infinidad de compañías de café en el mundo. Cada compañía cuenta con sus propias técnicas de tostado, sus mezclas características y, consecuentemente, un sabor diferenciado. Como la mayoría de los otros productos en el mundo, existen cafés de primera calidad que se pueden disfrutar a cualquier hora y cafés que queman la garganta como el alquitrán. Desde el típico café de estación de servicio (poco recomendable) o de restaurante, al café en polvo de supermercado y los llamados «de especialidad».
Aunque muchos dicen que todos los cafés saben igual, si alguna vez te has parado a comparar, sabes que, como con el vino, ese no es el caso. Pero ¿cuáles son los indicadores de un café de alta calidad? El primero es la sensación en boca del producto. El café de baja calidad se presenta demasiado espeso, arenoso y francamente ácido, dejando la boca con esa desagradable sensación que todos conocemos. Un buen café debe tener un equilibrio perfecto entre dulzura y acidez. Otra característica que distingue al buen café del mal café es el aroma. El café barato o malo a menudo huele a «quemado» con un toque de ceniza o humo (similar a cuando se nos quema el pan tostado), mientras que el café premium presenta notas afrutadas y de frutos secos.
El café de baja calidad se presenta demasiado espeso, arenoso y francamente ácido. Un buen café debe tener un equilibrio perfecto entre dulzura y acidez.
El regusto del café también es muy importante. Un café mediocre puede permanecer durante horas en boca y ser bastante desagradable. Probablemente no te gustaría saborea ceniza de cigarrillo durante horas, y la sensación es bastante parecida. Un buen café, sin embargo, proporciona las notas afrutadas que se supone que debe exhibir en todo su esplendor y luego se disipará poco más tarde.
Estas son solo algunas de las diferencias entre el buen y el mal café. Depende de ti si quieres pasar a ser un verdadero snob de café y profundizar en esas diferencias. Como todo, se trata de un cuestión de práctica, prueba y error y, como no, de gusto. No todos los buenos cafés han de gustarte. La próxima vez que vayas a tu cafetería favorita, pide probar los diferentes productos y tuestes que ofrecen y compáralos con otras cafeterías de la zona. Intenta descubrir las diferencias y no tengas miedo de probar. Sólo así podrás convertirte en un verdadero experto.