Considerada la mejor colección de Oscar de la Renta hasta la fecha.

Viajar es lo que anima a Laura Kim y Fernando García en Oscar de la Renta. Un viaje de octubre a Dubai para reunirse con los clientes los puso en camino hacia el otoño.

Han elegido la Mezquita-Catedral de Córdoba, España, como punto de referencia para su set. Apasionados por su de historia, tanto islámica como cristiana. Ya entonces, De la Renta también se inspiraba en ella ya que Córdoba era un lugar que visitaba a menudo.

El espectáculo se abrió con sastrería pulida. Un riff extendido en tweeds, cuadros de caballero y colores de especias. Fiel a la herencia de la casa (de la Renta siempre se abría con trajes). La pata de gallo con una inserción de cuadro de Príncipe de Gales en el dobladillo fue el gran acierto.

La ropa de diario se convirtió en ropa de noche a través de una serie de estampados de alfombra y jacquards de alfombra. El vestido estampado era representativo de las prendas más suaves y livianas que están teniendo éxito para Kim y García entre una clientela más joven.

Los diseñadores trabajaron la metáfora de las antiguas alfombras rojas en una pequeña franja de cóctel, en una envoltura sin tirantes con la sencillez de un pareo, y un sin mangas en filté con un trenzado de flores en el borde.

La textura y el patrón jugaron un papel clave en los diseños nocturnos, que combinaban el tul negro con el terciopelo de seda cortado con láser en forma de joya.

Comenzando con looks de día azul marino y naranja quemada en tweeds a cuadros gruesos y blusas y vestidos de seductora seda. El tipo de mezcla de ropa masculina que hicieron su bandera en Monse se pule en este desfile.

En su mayor parte, Kim y García se alejaron de los vestidos de gala de las colecciones de Oscar de la Renta del pasado. El número final de Bella Hadid retuvo esas grandes proporciones, solo con las teselaciones arabescas de inspiración islámica para un diseño. Nueva y vieja, lejana y amplia: esta fórmula está funcionando para ellos.