Laura García| 29 Diciembre
Sí, nostalgia es la palabra que define el séptimo episodio de la saga galáctica más famosa de todos los tiempos. Si bien es verdad que esta película se convierte en compromiso en el minuto uno de afrontarla, diré que al menos ha salido airosa. J.J Abrahms no se ha mojado.
Su atrevida propuesta ha servido para regalarnos un viaje a velocidad de la luz por el pasado para revivir aquellos momentos que pasamos descubriendo la Estrella de la Muerte y ese otro entrañable planeta que contenía dos lunas y un inmenso desierto de arena rojo.
Estéticamente, la fotografía de esta nueva entrega es totalmente fiel a la trilogía original, poco que ver con los episodios uno, dos y tres en los que, veinte años antes, la tecnología parecía ser más nueva que en el propio futuro. Abrahms ha recreado el escenario original del Tatooine de Skywalker y el espacio intergaláctico de la Estrella de la Muerte.
Eso si, el episodio VII rehace con descaro lo que un día fue el episodio IV, tanto en fotografía como en guión: la resistencia, liderada por una sombra de lo que fue la Princesa Leia, lucha contra el renacido régimen intergaláctico, la Primera Orden, que ha creado un arma para destruirles de una vez por todas. Con la ayuda de un ex soldado imperial, Finn, y del entrañable Han Solo y Chewacca, volarán en el Halcón Milenario para enfrentarlos.
La estrella de la película es sin duda alguna la actriz Daisy Ridley en el papel de la misteriosa Rey. Con una actuación impecable nos deja preguntándonos quien es realmente y cuál es su relación con el desaparecido Luke Skywalker. Casi mejor que el malo de esta entrega, líder de la Primera Orden, encarnado por Adam Driver en el papel de Kylon Ren, portador del sable más famoso del lado oscuro y una copia literal de Darth Vader. No desvelaré su identidad en esta crítica, pero bien es verdad que de la misma Abrahms podría haber ahondado restándole unos minutos a las batallas de pistolas y dedicándoselos a su pasado.
En general, la película cumple con las expectativas, al menos, visuales aunque se nota la ausencia de la buena confrontación de sables láser a la que Lucas nos tenía más que acostumbrados; aún así, la apariencia de los veteranos Han Solo y Leia nos completa a la par que nos emociona como espectadores del renacimiento de la nueva entrega que esperábamos con ansias.