No estás leyendo mal… Marchesa ha presentado su colección nupcial y de invitadas en Barcelona. Pero no nos ha devuelto un trocito del mediterráneo, no; sino todo lo contrario, nos ha trasladado a la época dorada de Hollywood. Los diseños eran de película.
La expectación era máxima. Y no es para menos. Era la primera vez que Marchesa presentaba una colección de novia (y de no novias) en la ciudad de Barcelona, en el marco de la Valmont Barcelona Bridal Week. Los jardines del Palacio Real de Pedralbes de Barcelona se transformaron en un paraje de cuento de hadas, el cual se volvió más mágico con la caída del sol. La pasarela, iluminada por las arañas de cristal que colgaban de los olivos, sumergió a los invitados en la película que querían ver. La música cesó y tres, dos, uno; ¡acción!
La colección estaba inspirada en el poema Pathways, de Rainer Maria Rilke. Un concepto muy romántico que inspiró unos diseños muy voluminosos, decorados con microperlas y flores de organza en 3D. Las texturas con mucho volumen y movimiento era el objetivo principal de Marchesa: vestidos con vida propia.
Aunque los detalles también son importantes. Los elementos de tul, acentuando la atención en los velos y en la longevidad de las capas cubrían los rostros de las modelos, dándoles un aire americano y de altilocuencia. El barroquismo también tuvo su minuto de gloria gracias a las plumas en los vestidos de fiesta, así como el complemento estrella: los grandes pendientes en forma de flores.
El corte sirena y el corte de princesa fueron las dos siluetas estrella de las pasarelas. Opulentas lazadas en el escote, espaldas con pequeñas semitransparencias y superposiciones de tejidos, reflejadas capa a capa.
Sin duda, este desfile ha sido una evocación a la clásica novia americana (donde la firma concentra su mayor porcentaje de ventas). Esta novia disfruta de los excesos y de los vestidos recargados (y de grandes dimensiones). No obstante, Marchesa se aleja de la predilección europea. Las novias de Europa se sienten más identificadas con vestidos finos, refinados y quizás con mayor sutileza.
Pero de lo que no cabe duda, es que esta diseñadora comienza a resurgir de sus cenizas tras el descubrimiento de abusos sexuales de su exmarido, el director de Hollywood Harvey Weinstein. Ninguna celebridad quería vestir de Marchesa, pero poco a poco, la diseñadora ha conseguido recuperar la confianza de su público. ¿La más importante? Anna Wintour.