Tienes un evento especial y no te lo piensas: te compras un vestido de lentejuelas. Está claro que es una apuesta segura. Sabes que vas a acertar. Sin embargo, ¿qué pasará con esa prenda una vez la fiesta termine?
Las lentejuelas siempre ha sido el material del que tradicionalmente están hechos los vestidos de fiesta. Pero, estamos de suerte, porque esta temporada este prejuicio ya no es tan cierto. Estos vestidos han saltado todas las barreras y han decidido instalarse en nuestro armario de invierno para darle un segundo uso.
Sabemos que no es fácil llevar lentejuelas de día, y más aun sin hacer el ridículo. La clave para poder combinar los brillos sin morir en el intento está en mezclar texturas y estilos diferentes. Es decir, si vas a ponerte una pieza de lentejuelas combínala con un jersey de lana y unas Converse.
Si el look anterior te parece demasiado atrevido, puedes probar con otro mix. Eso sí, siguiendo la norma de mezclar texturas y estilos. Por ejemplo, puedes probarte ese vestido brillante con unas botas cowboy. De esta manera, tu outfit será mucho más informal y ponible.
Otra forma de romper con la seriedad de una pieza de lentejuelas, sobre todo si es un vestido, es combinarla con zapato masculino. Suena raro pero funciona. Aparte, esta temporada los mocasines y el calzado de hombre en general viene pisando más fuerte que nunca. Así que no lo dudes más.
Por último, si tu estilo es más conservador y no te ves con ninguna de las opciones anteriores no te preocupes. Tú también puedes darle una segunda vida a tu vestido. Cada vez es más común la celebración de una boda en invierno, la ocasión perfecta para reciclar la prenda. Otro evento ideal para volver a repetir el vestido es en la cena de empresa. Lo único que tienes que tener en cuenta es que con otros zapatos, otro abrigo y otro peinado te aseguramos que nadie se dará cuenta de que repites. Y si alguien lo hace, no es el fin del mundo.
Si algo debemos agradecerle al siglo XXI es la versatilidad de nuestros armarios. Todo se lleva con todo y no hay normas a la hora de combinar. Y si las hubiese, se pueden romper. Ponte ese vestido para ir a un evento o para ir a comprar el pan, pero comprarlo para usarlo en tan solo una ocasión es un pecado.