Daniel Rabaneda: “Cuando pienso en una mujer, pienso en una mujer del día a día: urbana y diurna“

Se acerca el día. La fashion week ha dado el pistoletazo de salida y los creadores corren de un lado para el otro dando las últimas pinceladas a sus colecciones.

Daniel Rabaneda, actual director creativo de Ángel Schlesser, nos recibe en su atelier. El próximo domingo 7 de julio presenta su nueva colección a las 14:30h en la Sala Mercedes de Ifema. Su visión se inspira en la mujer diurna y urbana. En esta nueva colección hay mucha luz. Es mucho más liviana y guarda mayor relación con la primera colección de verano que hice. No obstante, es más madura y está más integrada en la marca. Los colores son frescos, desgastados, y mucho más digeribles.

Además, la casa Schlesser sigue apostando por la sastrería para mujer, esta vez con nuevos patrones:  Ángel Schlesser es el abanderado – o si no, tiene que llegar a serlo–, de la sastrería femenina. En esta nueva colección hemos introducido patrones masculinos enfocados a lo femenino. Hay muchos trajes de hombre para mujer. Sin embargo, también hay espacio para los vestidos de noche.

Ángel Schlesser es el abanderado – o si no, tiene que llegar a serlo–, de la sastrería femenina

Y cuando hablamos de su inspiración, Rabaneda responde lleno de ilusión: Esta colección soy yo. Escuchando a la clienta he introducido vestidos de noche, pero cuando yo pienso en una mujer, pienso en una mujer del día a día: urbana y diurna.

Los tejidos orgánicos siguen siendo uno de los sellos distintivos de la casa. Aunque hay uno que destaca con cierto favoritismo: Hemos utilizado lino, seda, algodón, y mucha lana. Me encanta y tiene cualidades muy potentes, tanto para invierno como para verano.

Sin embargo, una de las novedades de esta nueva edición de julio es que vuelven a desfilar dentro de los pabellones de Ifema: pero en contra de mi voluntad. Desfilar fuera de los pabellones potencia mucho a una firma como Schlesser, donde los detalles son muy importantes.

Desfilar fuera de los pabellones potencia mucho a una firma como Schlesser, donde los detalles son muy importantes

Pero no siempre se puede hacer lo que el creativo quiere. Existen aspectos que inciden de forma directa en la toma de una decisión como esta.  La primera vez desfilamos en el Botánico y acarreamos con todos los costes. Ifema propone dos localizaciones dentro de la cuota que se paga, y en enero también pudimos desfilar fuera, siempre y cuando mantuviéramos las condiciones que se nos pedía. Sin embargo, y como es natural, esta opción no se puede ceder siempre a los mismos. Por lo que, este año, nos ha tocado regresar. Aun así, están contentos. Con la ayuda de una escenografía más elaborada han conseguido que las prendas puedan apreciarse de cerca.  Desfilamos en la sala Mercedes, pero la escenografía que hemos montado permite al público estar a escasos centímetros de la colección.

El cambio de calendario, de septiembre a julio, sigue siendo un shock para muchos creadores, prensa y audiencias. Siempre hay un lado positivo y otro negativo. Es julio, la gente tiene ganas de verano. Además, coincide con el Orgullo, y yo desfilo un domingo a las 14:30h de la tarde. Es complicado doblemente. Sin embargo, hemos conseguido que prensa como Vogue Ruway, Vogue Italia, o Vogue Russia estén presentes porque vienen de la semana de la moda de alta costura de París. Es un apoyo internacional potente. Además, tengo vacaciones y las necesito. Yo y todo mi equipo. Resetear, depurar y volver con nuevas ideas.

Resetear, depurar y volver con nuevas ideas

Otro de los factores de los que más se habla entre artesanos es de la atemporalidad en las prendas. Y Schlesser es lo que busca: Creo en un cambio de conciencia. Me he educado en un entorno donde mis amigas tenían y se ponían vestidos de Balenciaga de su abuelas. Eso, hoy en día ya no existe. No obstante, me motiva pensar que una firma que no es fast fashion, se pueda heredar como se hereda un buen reloj. Me gusta pensar que esa prenda va a durar hasta que se caigan los hilos.

Para ver un desfile…

La gente que invito a mis desfiles tienen la información y el interés de disfrutarlo. Sin embargo, no pueden saber lo que yo voy a sacar. La clienta va a ciegas, y puede gustarle o no gustarle. Pero hay que venir con la mente muy abierta.

Un desfile es un acto comercial con un toque de show para montar un concepto, aunque eso no es lo que vas a comprar en la tienda. Tú disfrutas de la inspiración.

Entonces, creo que lo único que se necesita es ir con ganas de divertirse y de conocerme un poco. Al final, una clienta se lleva un trozo de mí cuando compra una de mis prendas.