El pasado sábado, Pippa Middleton contrajo matrimonio con su hasta ahora novio, y ahora marido, el empresario James Matthews en la iglesia de San Marcos de Englefield, al oeste de Londres. El enlace causó una gran expectación no sólo por ver el vestido de la novia sino también por saber como iría vestida su hermana, la duquesa de Cambridge, Catalina. La novia llegó a la iglesia acompañada de su padre, Michael, en un Jaguar MK V descapotable color verde oliva de 1951 y desveló su secreto mejor guardado: su vestido de novia.
El traje elegido es obra del diseñador Giles Deacon y está inspirado en un modelo de la película “El gatopardo” de Visconti. El diseño lleva una pequeña manga, cuello cerrado y un corpiño plagado de pequeñas flores en forma de encaje con abertura en la espalda en forma de corazón.
El vestido ha sido producido en el taller del diseñador en Londres de forma artesanal y confeccionado a medida con encaje de seda de algodón. El cuerpo de encaje está bordado con detalles de perlas sobre organza y una enagua de tul, puesta capa sobre capa para darle más movimiento. Pippa completó el diseño con un velo del también británico Stephen Jones, tiara del joyero Robinson Pelham y zapatos customizados con detalles de perlas de Manolo Blahnik. Un ramo de flores blancas y rosas, a juego con la decoración de la iglesia, completó su elección.
La otra gran protagonista del enlace fue su hermana Catalina de Inglaterra. En esta ocasión lució un vestido de seda midi en color rosa empolvado, de manga larga y puños abullonados y escote en «V». Completó su look con un sombrero a juego con su vestuario. Kate acudió a la ceremonia en calidad de hermana de la novia y cómo madre de los pequeños protagonistas, el príncipe George que ejerció como paje, y la princesa Charlotte que hizo de dama de honor. Además, al igual que hiciera su hermana en su boda, Kate ayudó a Pippa en su entrada a la iglesia colocándole el velo, dando lugar a la imagen más comentada hasta el momento.
Entre los invitados más destacados asistieron el príncipe Guillermo, duque de Cambridge, y el príncipe Harry, el tenista suizo Roger Federer y su esposa, Mirka y la Princesa Beatriz de Gran Bretaña, entre otros.
Tras la ceremonia religiosa, los invitados se trasladaron a la vivienda familiar de los Middleton en Buclkebury, a menos de 10 kilómetros de la iglesia de San Marcos. En el jardín de la mansión se instaló una enorme carpa de cristal y unos lujosos baños portátiles rematados en roble. Al banquete asistieron unos 300 invitados que pudieron disfrutar del caviar beluga enviado por un donante ruso anónimo o de las viandas escocesas con las que el novio, un gestor de fondos de inversión de 41 años, quiso resaltar su condición de heredero del título de Laird of Glen Affric. De esta manera se puso el broche de oro a una de las bodas más importantes de los últimos años.