Deportistas olímpicas reivindican uniformes que no las sexualicen

Lamentablemente y en pleno siglo XXI las mujeres seguimos estando bajo el constante juicio del ojo ajeno en muchas cuestiones. Sobre todo suelen resaltar cómo nos vestimos: si es muy corto, muy largo, mucho escote, poco escote… y un sin fin de cosas más, que las hagamos como las hagamos siempre van a encontrar algún punto para criticar.

La vestimenta, más bien los uniformes, es un conflicto con en el que las deportistas llevan luchando desde hace tiempo. Podría decirse que es el eterno debate. En varias ocasiones equipos femeninos y deportistas han saltado a los titulares por reivindicar la libre elección de sus uniformes. Y es que en algunos deportes resulta vergonzosa la diferencia entre el uniforme de competición femenino y el masculino. He aquí una demostración:

La Federación Europea de Vóley (EHF) ha multado al equipo femenino noruego de vóley playa por llevar pantalones cortos en lugar del reglamentario bikini que se les exige (ambos uniformes en la foto anterior). La Comisión disciplinaria de la Federación ha argumentado la sanción de 1.500€ al considerar los shorts que utilizaron las deportistas como «ropa inadecuada».

Si dicha sanción ya parece un disparate, al comparar el uniforme de las jugadoras con el de sus compañeros hombres, el escándalo es aun mayor. Mientras que ellas juegan con un top corto y una braga que no supera los 9 centímetros de ancho, ellos juegan en camiseta de tirantes y pantalones cortos. Como se puede ver el uniforme que causó la multa al equipo femenino, no guarda a penas diferencia con el establecido por la Federación para el masculino.

Obviamente esto causó en las redes sociales un revuelo enorme, de hecho el asunto se ha vuelto tan viral el asunto que ha llegado hasta la cantante Pink. Ella se ha ofrecido a pagar la multa a la selección noruega como muestra de su apoyo.

Los Juegos Olímpicos de Tokio tampoco se libran

Otras que se han sumado a esta reivindicación contra la sexualización de los uniformes femeninos han sido las gimnastas alemanas compitiendo con un mallot largo. La Federación Alemana de Gimnasia ya dijo en abril: «Estos maillots son una declaración en contra de la sexualización. El objetivo es presentarse estéticamente, sin sentirse incómodo».

En la primera competición de los JJ.OO. en la que se presentó el equipo gimnasta alemán (fue el jueves pasado), también eligieron usar este maillot largo. Elisabeth Seitz, una de las gimnastas explicó: «Decidimos que este es el leotardo más cómodo para hoy. Esto no significa que no queramos seguir usando el leotardo normal. Es una decisión que se toma día a día, en función de cómo nos sintamos y de lo que queramos. El día de la competición, decidiremos qué ponernos».

El ejemplo de las gimnastas es solo un ejemplo más de como de limitados son los uniformes de las deportistas en algunos deportes. Y lo que para unas es demasiado incómodo por ser corto, para otras lo es por ser largo. Como es el caso de la atleta paralímpica, Olivia Breen, quien recibió el mes pasado una amonestación por llevar una braga deportiva «demasiado corta». Breen denunciaba ante la noticia: «No se debería hacer sentir a las mujeres cohibidas por la ropa que llevan cuando compiten, sino cómodas y seguras». Además, la atleta advirtió que piensa llevar el mismo minishort para los Juegos Paralímpicos de Tokio.

Estas sanciones, multas y advertencias de los comités deportivos son una muestra de los tremendos valores machistas que todavía hoy siguen arraigados en la sociedad. Pero ya no solo son los comportamientos sexistas, en este mismo sentido también encontramos otro tipo de discriminaciones como la racial. La Federación Internacional de Natación ha prohibido a las nadadoras utilizar los gorros de natación de la marca «Soul Cap», especialmente diseñados para la sujeción del pelo afro. Alegan la prohibición bajo el argumento de que «no respetan la forma natural de la cabeza». Por este motivo la deportista olímpica, Danielle Obe, ha saltado contra la federación diciendo lo siguiente: “El pelo afro sube y desafía la gravedad. Inclusividad significa que cualquier forma de la cabeza se considere normal”.

Para algunas personas puede que este tipo de detalles carezcan de importancia, pero con estas pequeñas reivindicaciones se pueden conseguir cambios enormes que dinamiten de una vez por todas las discriminaciones sexistas que se producen, al menos, en el ámbito deportivo.

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