Situada en la llanura de la Península Ática se encuentra la ciudad de Atenas, capital de Grecia y ciudad más importante del país hoy en día, siendo el centro político, cultural y económico del mismo. Sin embargo, Atenas es mucho más que el papel que juega en la actualidad, pues es una ciudad en cuyo pasado se establecen buena parte de los cimientos de la cultura occidental.
Se trata de una de las ciudades más antiguas habitadas aún hoy en día, contando a sus espaldas con más de 3.000 años de historia. Su mayor esplendor se sitúa en la época de la Grecia Antigua, donde Atenas fue una de las ciudades-estado más importantes del momento, aunando un gran poder como centro cultural e intelectual en el momento. Aquí se forjó grandes conceptos de importancia más que notable en nuestra vida actual, como la democracia o las escuelas de filosofía que han ayudado a construir el pensamiento de sociedades posteriores, y que tanto han influido y siguen influyendo en nuestro día a día. Además, el arte también juega un rol muy importante en la construcción física y abstracta de la capital helena.
La ciudad presenta aún numerosos testigos vivientes de su historia, así como de su máximo auge, y aunque muchos de ellos se encuentren visiblemente afectados por el paso del tiempo, aún conservan la armonía, equilibrio y belleza características de estas construcciones. Con un poco de ayuda de la Historia y tirando de imaginación, podremos llegar a transportarnos en el tiempo hasta la época donde esos edificios eran la actualidad.
Lo más destacado de Atenas son, sin duda, sus templos dedicados a las deidades de la Antigüedad. Toda la ciudad se encuentra salpicada por resquicios de lugares de cultos dedicados a los dioses y diosas a los que esta sociedad tanto veneraba, y que tan importantes eran para ellos. El lugar más destacado de toda la ciudad es el Acrópolis, un lugar construido a propósito en las alturas para divisar toda la ciudad con funciones defensivas, pero que también hace las veces de sede de los principales templos y lugares de culto. En ella se encuentran templos como el Erecteion, en el lugar donde la diosa Atenea hizo nacer el primer olivo de Grecia, y famoso por sus cariátides, columnas cuyo fuste es la representación de una mujer (las cariátides originales se conservan actualmente en el Nuevo Museo de la Acrópolis); o el templo de Atenea Niké, erigido en honor a la victoria griega en la Batalla de Salamina, y donde se encontraba una imagen de la diosa con las alas cortadas para que así fuese imposible que dejase desprovista de su protección a la ciudad.
En el Acrópolis se encuentra, además, el edificio más importante y significativo de la ciudad, el Partenón, mandado construir por Pericles con el fin de venerar a la diosa Atenea y dar, a su vez, testimonio de la grandeza de la ciudad. En sus inicios contaba con una representación en oro y marfil de la diosa, así como con una impresionante decoración escultórica llevada a cabo por Fidias (sus restos se encuentran en su mayoría en el British Museum, pero también se conserva algo en el Museo de la Acrópolis de Atenas). Sin embargo, el Partenón es uno de los edificios más maltratados de la Historia, y lo que queda hoy de él no es ni la sombra de su pasado, pues desde su construcción hasta la actualidad ha sufrido numerosos desastres, dejando a simple vista los elementos necesarios para que nos transportemos a su grandeza desde nuestra imaginación.
Si bien la Acrópolis es uno de los must de esta ciudad, ya no solo por su carga histórica, sino por la belleza que aporta el conjunto a la capital, no es lo único relevante en este lugar. Aunque en su mayoría está en ruinas, aún queda en pie el recuerdo del centro de vida comercial, política y social de la Antigua Grecia: el Ágora de Atenas. En ella se encuentran, también, varios templos dedicados a los dioses del Olimpo, pero lo que destaca de ella sobre el resto de las construcciones es su importancia a nivel político y económico, pues era en este lugar donde se llevaban a cabo las reuniones y discusiones entre los ciudadanos. Además, pasear por entre estos restos es alcanzar un remanso de paz asegurado.
Atenas está plagada de testimonios vivo de la Antigüedad, es fácil encontrar ruinas de construcciones de soberana importancia histórica, cultural y artística. Sin embargo, la vida de Atenas no se restringe a este período, pues son muchas más las atracciones turísticas que merece la pena visitar en esta ciudad. En el corazón de la ciudad se encuentra la Plaza Sintagma, donde está el Parlamento, edificio erguido en el S.XIX como palacio del rey Otón. Destaca en este lugar el cambio de guardia, que tiene lugar cada hora, y donde se puede asistir a una representación de los más peculiar de un baile entre soldados ataviados con trajes tradicionales que hacen su relevo para custodiar la tumba del soldado caído.
Otra de las plazas más emblemáticas de la ciudad es la Plaza de Monastiraki, que recibe este nombre por una pequeña iglesia bizantina que se encuentra en el centro de ésta. Esta plaza está muy cerca de la Biblioteca de Adriano, y de unas callejuelas llena de comercios y tiendas con productos ideales para llevarse un buen recuerdo de aquí. Pero, ¡atención!, es importante llevar precaución con nuestras pertenencias, pues es una zona turística muy jugosa para carteristas.
Antes de abandonar la ciudad, es importante sucumbir a dos de sus encantos: la gastronomía y las vistas que ofrecen colinas como la de Licabeto o Filopapo. La vista y el gusto quedarán plenamente saciados tras caer en los brazos de estos dos placeres que nos ofrece Atenas, que serán de seguro un recuerdo precioso difícil de olvidar.