Descubriendo Córdoba: una joya nacional en territorio andaluz

Este verano hemos aprendido a sacarle partido a lo que tenemos en casa. El turismo nacional se ha visto realzado y gracias a eso hemos descubierto que en España tenemos verdaderas joyas que, a veces, pasan desapercibidas. Una de esas joyas nacionales es Córdoba, una de las ciudades más bellas del territorio andaluz, llena de cultura y con un encanto mágico que no dejará indiferente a nadie. ¿Preparado para descubrirla?

Córdoba es la capital de una de las 8 provincias andaluzas. Esta ciudad goza del duende característico de las  del sur, pero además posee un halo único que la hace aún más especial. Al nombrarla, se nos vienen imágenes a la cabeza repletas de riqueza artística y cultural, de belleza que embruja a todo aquel que tenga el gusto de pasear por sus callejuelas. El turismo de interior es un acierto total para apurar el verano y, si el destino reúne todos estos atributos, ¡mucho mejor!

Uno de los monumentos más famosos de la capital cordobesa es la Mezquita Catedral. Construida sobre los cimientos de una basílica visigoda, este edificio es uno de los testimonios vivos de la herencia islámica de esta ciudad, pero además es un compendio de culturas y estilos artísticos que recorren diferentes épocas. En el S.XVI se construyó dentro de la mezquita un catedral cristiana, lo que hace que en la actualidad resalte el contraste de los elementos artísticos y arquitectónicos de la construcción de los Omeya con los propios del arte cristiano. Es esta singularidad, además de su incuestionable belleza, majestuosidad y testimonio histórico, lo que le llevó a recibir el título de Patrimonio de la Humanidad en 1984.

Otra de las paradas emblemáticas de Córdoba es el Alcázar de los Reyes Católicos, en la que podremos apreciar salones, patios, jardines y baños en los que conviven numerosos estilos artísticos, dotando al conjunto de una singular belleza y armonía y de tremendo esplendor cultural. Junto a este monumento encontramos las Caballerías Reales, a las que el poeta Federico García Lorca nombró como «la catedral para caballos». Mandada construir por Felipe II, hoy en día hace de sede del magnífico espectáculo ecuestre ‘Pasión y duende del Caballo Andaluz‘, del que también es posible disfrutar en las visitas a la ciudad.

De época califal y también nombrada Patrimonio de la Humanidad en el año 2018 es la ciudad de Medina Azahara, situada a las afueras de la capital, pero de obligada visita. De lo que solo quedan hoy ruinas fue antaño una maravillosa ciudad cuyo origen y nombre están envueltos en un halo de misterio y leyenda. De gran valor artístico y de indudable calidad,  podemos permitirnos el lujo de pasearnos entre sus calles y recrearnos en los lujos y fantasías de una época pasada pero aún viva gracias al mantenimiento del complejo.

Aunque el impacto de la época musulmana en  Córdoba es innegable, no es la única cultura que ha hecho mella en la ciudad. Córdoba ha recibido el impacto de todas las culturas y estilos que han pasado por allí a lo largo de la historia. Ejemplo de ello es el Puente Romano, una de las joyas de la corona y desde donde podemos gozar de unas vistas privilegiadas del entorno. Este puente data del S.I a.C., aunque los siglos han ido dejando su huella, como podemos ver en la escultura de San Rafael del S.XVI que corona la construcción.  Además, aquí encontramos la única sinagoga de Andalucía, una construcción del S.XIV que estuvo operativa como templo hasta la expulsión de los judío. Esta joya arquitectónica de la época medieval cordobesa está abierta para la visita al público, descubriéndonos así otra faceta más que suma para construir su encanto único.

Otro de los hitos de Córdoba son sus patios. Durante la primera quincena de mayo, los patios de las casas cordobesas se engalanan con sus mejores flores y los dueños de las casas los ponen a disposición de todo visitante dispuesto a dejarse deleitar por semejante explosión de colores. Sin embargo, este espectáculo florar declarado también Patrimonio de la Humanidad no es exclusivo de esta fecha, pues durante todo el año podemos gozar de esta seña de identidad en distintas casas, disfrutando de la misma belleza aunque con menos aglomeración. Uno de los lugares donde podemos ver ejemplos de estos patios es el Palacio de Viana, que cuenta con 12 patios y un jardín, además de existir la posibilidad de realizar visitas guiadas.

Por último, es imposible irse de Córdoba sin disfrutar, primero, de su asombrosa gastronomía. Platos como los flamenquines, el salmorejo, la cola de toro o el jamón son un reclamo turístico más que completan el halo de grandeza que rodea, justamente, el nombre de Córdoba. Así que si aún quieres exprimir los días de verano que quedan, haz las maletas y prepárate a vivir la experiencia completa de uno de los destinos con más esencia y personalidad del Sur.