Pensar en la mítica Tombuctú, es evocar un lugar exótico rodeado por el desierto del Sahara. Bañado por las aguas del también mítico y caudaloso río Níger – uno de los más largos y curiosos del continente, ya que su curso fluvial no sigue la lógica que debería. Una ciudad base de la cultura islámica, sede de una de las primeras universidades del mundo y donde se encontraba la gran “la biblioteca de África” ahora destruida con miles de manuscritos desaparecidos.
Para conocer esta ciudad hay que adentrarse en su esplendoroso pasado como punto estratégico de las rutas comerciales medievales. Largas caravanas de camellos cruzaban el desierto para llegar a Tombuctú. La gran unión entre el norte del continente y el Mediterráneo con los territorios subsaharianos. Aquí se comercializaba con la sal, la fruta, el pescado y, por supuesto, con el oro de las tribus negras cuya misteriosa procedencia es la base de muchas leyendas.
Una ciudad base de la cultura islámica, sede de una de las primeras universidades del mundo y donde se encontraba la gran “la biblioteca de África” ahora destruida con miles de manuscritos desaparecidos.
La importancia de la región en esta época es inimaginable. Para que nos hagamos una idea hay que destacar que en el siglo XV la ciudad contaba con 100.000 habitantes. Además, Tombuctú fue un importante centro cultural para la religión musulmana. En su famosa Universidad de Sankore ya se estudiaban las doctrinas islámicas cuando la primera universidad de Europa, la Universidad de Bolonia, aún se estaba construyendo.
Tras la conquista en 1312 del Emperador de Malí, Mansa Musa, la ciudad vivió una época dorada. Se construyeron, gracias al poeta y arquitecto granadino Es Saheli, una multitud de templos y mezquitas de gran belleza. Todas ellas a base de adobe.
La ferviente influencia religiosa del islam en la ciudad hizo que durante siglos se prohibiera la entrada a cualquier extranjero no musulmán. No fue hasta los primeros años de decadencia cuando los primeros europeos atravesaron sus murallas.
Entre los cientos de miles de manuscritos de incalculable valor que conservaba la biblioteca de la universidad se encontraban, curiosamente, 3.000 manuscritos sobre la historia de Al-Ándalus. Tombuctú está muy unida a nuestro pasado árabe ya que fue una de las ciudades refugio para los andalusíes. Ahora, tras los recientes saqueos y las incursiones de yihadistas y diversos grupos terroristas, la Unesco ha ido poco a poco reconstruyendo algunas de sus famosos mausoleos que ya en 1988 fueron declarados Patrimonio de la Humanidad. Pero esta humanidad y sobre todo la historia islámica ha perdido muchos tesoros que escondía la ciudad por el destino de la guerra.
Tombuctú, la que fue la Perla del Desierto y centro de la cultura islámica, se ha perdido entre tanta destrucción. Quién sabe si con los años volverá a resurgir como el Ave Fénix de sus cenizas. Esperemos que así ocurra.