Desde la Nasa pasando por Galicia llega Ylé Led Mask Phototherapy System, un dispositivo que trata manchas, cicatrices, arrugas, pieles grasas, hiperpigmentación, cuperosis, acné y sus marcas con la seguridad (y resultados) de un protocolo profesional y la comodidad del uso casero. Esta máscara de fototerapia gallega de diseño único y con mando a distancia incorpora la misma tecnología que se emplea para que curen y cicatricen rápidamente las heridas que se hacen los astronautas en el espacio y atiende los problemas que con mayor frecuencia se tratan en los centros estéticos, incluidos los nuevos que ocasiona el uso de las mascarillas: sequedad, granitos, rojeces o descamaciones.
La responsable de adaptar la innovación con marchamo de la NASA y acercarla a las cabinas de tratamiento es Araceli Hermelo Vidal, directora de Ylé Cosmetics y de los centros estéticos Ylekara, y perteneciente a una familia dedicada al sector de la belleza desde 1965. Hermelo ha sabido mantener el negocio familiar siempre a la vanguardia adaptándolo a los nuevos tiempos de la estética y apostando por la tecno beauty.
Lo más destacado de este gadget es poder utilizar una tecnología avanzada en casa a un precio muy asequible. En un centro de estética, los tratamiento de led o infrarojos suelen cifrarse en 50 euros/sesión, con lo que invertir en una máscara que cuesta 238 euros es muy rentable. Los resultados son visibles desde las primeras aplicaciones. Además, es un dispositivo cómodo porque no lleva cables y su diseño inteligente se adapta muy bien a la cara; además lleva protección ocular que es muy importante. Es hipoalergenico, la luz fría (salvo que sea una persona fotosensible) la puede utilizar todo el mundo, hasta los de pieles más sensibles. Con 10 sesiones diarias vamos a conseguir un beneficio muy importante en la piel sin salir del domicilio.
¿Cómo funciona la máscara? Sus 3 modos de terapia corresponden a las tres longitudes de onda distintas que alcanza la luz LED: el problema a tratar determina la longitud necesaria.
El Led azul (470 NM) no sobrepasa los 25 mm de profundidad, lugar donde proliferan las bacterias del acné y las células muertas así que lo que hace es eliminar el acné y sus cicatrices. Además afina los poros y mejora la textura. El led rojo (635 NM) actúa sobre el metabolismo celular, multiplica por 5 la producción de colágeno y elastina, acelera la circulación lo que aumenta la elasticidad de la piel y la luminosidad, aclara las manchas y repara las pieles envejecidas. Por último, el led combinado (850 NM) consigue que los rayos infrarrojos se filtren en la piel aliviando la tensión muscular, reduciendo las arrugas y regulando los ciclos de renovación de la superficie de la piel.
Lo más importante de la máscara de led en relación a otros productos de cuidado de la piel es que tiene un poder de penetración mucho mayor que una crema o un suero. Con la máscara de led conseguimos llegar hasta la dermis, algo que no es posible si no se realiza de manera inyectable. El led actúa en capas más profundas, desde la parte más superficial hasta la parte media y la más profunda de la piel. Con un infrarojo se puede llegar a la parte más profunda de la dermis, donde se produce la regeneración celular, por eso vamos a conseguir tratar la epidermis a todos los niveles. Con un mismo producto se pueden tratar diferentes problemáticas utilizando cualquiera de los tres modos según lo que se quiera tratar, ya sea acné o manchas.