Domenico Dolce y Stefano Gabbana se dan la oportunidad de soñar al máximo temporada tras temporada cuando presentan su colección Alta Moda. Es este el momento en el que se dejan llevar para construir las más magníficas creaciones y esta ocasión tuvieron como inspiración la antigua Grecia. Convirtiendo el Valle dei Templi di Agrigento en Sicilia en el Partenón en el territorio que se conoce como Magna Grecia, los italianos lograron regresar en el tiempo, regalando unas imágenes insuperables.
Desde aquellos trajes que parecían llevados por las más hermosas mujeres de la alta esfera de la época dorada griega, hasta los que representaban a una espectacular Afrodita o una poderosa Hera, todos ellos más hermosos que el anterior.
Un trabajo que se debate entre piezas que son únicas por su exquisito trabajo artesanal como abrigos con estampados de dioses y serafines, una especie de jeroglíficos clásicos, togas, además de pantalones holgados con tramados fantasiosos y cuellos o bolsillos con diseños y acabados divinos.
Pero si creías que era una colección solo para hombres, te equivocas, porque también hay para mujeres. Para ellas los modelos están inspirados en lo celestial de una Roma que fue considerado lo más grande del mundo. En el caso de las mujeres, fue la legendaria modelo Helena Christensen, quien apareció magnánima en un diseño que combinaba los más característicos aspectos de la firma italiana con la ayuda de transparencias y elegantes sobrepuestos, pero que nos llevaba a la antigua Grecia con las delicadas pinceladas doradas que representaban los olivos típicos de la región.
Por supuesto, la joyería no podía faltar ,y con su sentido excepcional del color, su gran conocimiento de las gemas y el alma italiana de su joyería figurativa, la experiencia Dolce & Gabbana consiguió expandirse mucho más allá de la ropa. Abarcó de monedas de oro con cabezas grabadas de atenienses de la antigüedad a un collar de frutas y flores u otro de amatista, con la intensidad majestuosa del púrpura.
Un show donde los dioses de la costura italiana han vuelto a demostrar que no hay colección ni terreno que se les resista, ni siquiera, el mítico Olimpo griego.