El 14 de febrero se celebra el Día de San Valentín, el día del amor. Pero, ¿qué hay de esos amores tóxicos que se apoderan de la pareja y no nos deja avanzar? Porque, el amor es comprensión, respeto y libertad. Reflexionamos sobre el verdadero significado de esta palabra y de cómo se tergiversa muchas veces y acaba en dolor.
¿Cómo es posible que una cosa tan bonita, como el amor, acabe en tragedia? ¿Cómo es posible que nos hagamos daño mientras amamos? Muchas veces, sin darnos cuenta, nos adentramos en una relación tóxica. La explicación, es muy fácil. El proceso de enamoramiento puede durar un año o más, porque, no se trata de ver a una persona y por arte de magia quedas enamorado. Esto, es mucho más complicado. Cuando por fin crees haber conocido a alguien que te llega al corazón, se te olvida que esa persona tiene un interior, con unos gustos, pensamientos, sentimientos, costumbres que aún, es imposible que conozcas con exactitud. Así es como llegamos al mayor problema del amor, que es idealizar una relación sin tener en cuenta la realidad que compone a una persona.
Todos hemos sentido alguna vez esas mariposas que nos suben por el estómago cuando vemos a nuestra persona especial. Pero, siento decirte, que eso dura poco. Es bonito, sí, pero solo se trata de la ilusión del principio. Una vez que la relación está forjada y lleváis un tiempo juntos, esas cosquillas desaparecen. Porque, una vez que la ilusión se va, lo que debe llegar es la estabilidad, confianza, respeto y por último, el verdadero amor. En este punto, es cuando sin darnos cuenta, por esa dichosa ilusión del principio, la relación puede tomar dos rumbos: fortalecerse y crear un vínculo real, o bien, seguir idealizándose.
El amor, no es posesión, no es envidia y no es maltrato. Lo fácil sería hablar de todas esas cosas bonitas que nos aporta el amor en nuestras vidas pero, es tan difícil que las generaciones actuales entiendan su significado real, que es más fácil hablar sobre lo que no es amor. Esa es la pena, que llegados a este punto, aún no entendamos que estar con una persona no nos hace poseerla, hacerla cambiar de parecer o querer que varíe en su forma de ser. Si te enamoras de alguien, ya estás aceptando su forma de ser y se supone que eso es lo que te ha enamorado. ¿Porqué esa necesidad de cambiarlo? Quizás, lo que no nos deja tener algo sano en una relación son nuestras propias inseguridades. Por eso, es tan importante amueblar nuestra cabeza y corazón antes de hacérselos llegar a nadie.
Ojalá encuentres un amor que camine contigo de la mano, que no quiera cambiarte, que te admire y valore. No te mereces menos. Si tienes que cambiar, hazlo por ti. Si alguna vez te has sentido mal por pensar en ti, ten en cuenta que nadie mejor que tú para saber qué es lo mejor para tu vida. No cometas el error de olvidar cuidar tu interior por encima de cualquier persona, es algo frágil que una vez roto, es complicado de volver a recomponer.