El beneficio de expresar nuestras emociones

A lo largo del día, experimentamos una serie de emociones que van en consonancia con lo que ocurre a nuestro alrededor, y que varían según los estímulos internos o externos que vayamos recibiendo. Sin embargo, no siempre dejamos fluir lo que sentimos, muchas veces lo ignoramos o lo callamos, y tendemos a restarle importancia a eso que forma parte de nosotros. Pero esta no es la solución. Para adentrarnos más en nosotros mismos, necesitamos conocer los beneficios de expresar nuestras emociones, sean de la índole que sea, pues es esencial para entendernos, pero también juega un papel fundamental en nuestra salud, tanto física como mental.

Ante emociones que nos afectan de manera negativa, o que no queremos experimentar, existe una tendencia al bloqueo emocional, muchas veces inconsciente y variable según la persona. Se trata de un mecanismo de defensa bastante común que, lejos de ayudarnos, lo que consigue es separarnos de nuestra persona de forma, cuanto menos, poco saludable. Así, impide el libre desarrollo de la emoción y la relega a otro plano, pero la emoción no desaparece, y sigue haciendo mella en lugar de cesar su acción.

Como hemos comentado, este bloqueo se realiza muchas veces de forma inconsciente y a través de muchos mecanismos, y su causa principal es el desconocimiento que existe hacia nuestra mente y lo que ocurre en ella. Así, en lugar de estar haciéndonos un favor, nos estamos perjudicando enormemente, ya que las emociones no solo tienen trascendencia psicológica, sino que también afecta a lo físico. Una emoción que no ha sido identificada y tratada correctamente puede manifestarse, además de en forma de un rumor constante en nuestra mente, en patologías físicas como el dolor de cabeza, la ansiedad, con problemas estomacales o, incluso, en forma de acné.

Para evitar que nos pasen factura de esta manera, lo mejor es comenzar a darle a nuestras emociones la importancia que tienen, y lo mejor para comenzar es realizar introspecciones a través del mindfulness y la meditación. Además de ayudarnos a ubicarnos en el momento presente, también nos ayuda a conectar con nosotros, saber qué nos ocurre, no con el fin de cambiar lo que no nos guste, sino con la intención de conocer qué es lo que pasa realmente en nuestro interior. Debemos saber que ninguna emoción es, en sí, mala. Sentir, sea lo que sea lo que sintamos, no es negativo, sino todo lo contrario, por ello, debemos aprender a reconocer y dejar que siga su cauce sin juzgar ni censurar nada.

En el caso en el que esas emociones nos estén haciendo daño, o, simplemente, una vez que tengamos reconocidas nuestras emociones queremos compartirlas, lo mejor es dejarlas salir. Hablar con alguien de confianza sobre qué nos pasa nos ayudará a dar rienda suelta a esa expresión y, además, también nos servirá para aclarar lo que pasa por nuestra cabeza.

Resulta importante señalar que la gestión y expresión de emociones no es algo que se consiga de la noche a la mañana. Cada persona experimenta sus emociones de manera diferente, hay tantas relaciones con el interior como personas existen, y generalizar en temas como esto puede resultar un gran error en según qué casos. Si las pautas recomendadas para dejar fluir tus emociones no han dado resultado y, por el contrario, sigues sin entablar una buena relación contigo mismo y eso te trae consecuencias físicas y psicológicas negativas, lo mejor es que te pongas en manos de profesionales de la psicología, pues no hay nadie mejor que ellos para guiarnos por nuestra mente y ayudarnos a entender y mejorar la relación con nuestras emociones.

Por ello, es muy importante que, igual que tratamos de cuidar nuestro cuerpo a través del ejercicio físico, una dieta saludable o las revisiones médicas puntuales, también lo hagamos con nuestra mente, pues, a fin de cuentas, es la comunión de ambos y un buen equilibrio entre ellos lo que construyen el hogar donde, durante toda nuestra vida, vamos a quedarnos a vivir.