Raúl Jerez | Madrid, 16/ julio.
Para la colección de alta costura otoño-invierno 2015-2016 presentada en la ciudad natal de la firma, Raf Simons, Director Artístico de Christian Dior, urdió una visión más paradójica e inocente de la misma, lo que hizo que la simplicidad y el lujo fluyesen fácilmente por “El Jardín de las Delicias”. El título de la colección mucho tiene que ver con sus diseños, que a través de una mirada artística con un toque flamenco y francés los dotaba de belleza, con una pincelada de la decadencia de siglos pasados.
Atendiendo al carácter histórico de la colección, sus estampados pueden recordar a técnicas o corrientes artísticas como el impresionismo y el puntillismo que se trasladan del lienzo a la tela. Nuevas formas de vestidos que hacen que estos sean más fluidos y arquitecturados. En cuanto a los famosos abrigos Dior hacían referencia a las capas de la Edad Media y a los otros tantos vestidos del estilo de la Belle Époque por la importante cantidad de tafetán de seda utilizada para su confección. En cuanto a la paleta de colores uno de los tonos predominantes era el blanco, que hacía referencia a la pureza a la vez que a la sexualidad de la mujer inocente. Negros, azules, verdes y algunos que otros colores bases vestían de fuerza a capas y abrigos. Al mismo tiempo, las joyas, otra de las cosas por las que Dior es referencia, se hacen más lujosas y expresivas, inventando además una nueva forma de cannage en chalecos de punto que se llevan como chaquetas sobre las piezas de la colección o drapeados con pesadas cadenas de charms desgranados.
Cada vez son más las firmas que intensifican el rigor histórico en sus prendas, como es el caso de las últimas colecciones de Dolce&Gabanna o Chanel, por lo que ahora solo podemos esperar expectantes para ver en que se inspiran los directores creativos de nuestras marcas favoritas.