Marcando el final de la Semana de la Moda de París, Louis Vuitton debutó el pasado martes en el Louvre mostrando su nueva colección de temática espacial presentada por un casting que no dejó a nadie indiferente.
Cristales, mangas anchas y vestidos estampados que evocan siluetas han sido el centro de atención del desfile. Nicolas Ghesquière apuesta con estas creaciones de la era espacial. Y es que dos de sus fijaciones son la ciencia ficción y volúmenes exagerados, que estuvieron muy presentes en la pasarela.
El escenario fue especialmente construído para este desfile en uno de los pasillos transparentes del museo del Louvre con vistas a la fuente del patio interior de Cour Carrée. Los asistentes quedaron sumidos en la oscuridad y el silencio hasta que las luces de oficina se encendieron y la música comenzó a golpear transitivamente sección por sección siguiendo el ritmo de los modelos.
Bajo las luces blancas de tubo de neón, fueron protagonistas los vestidos de malla con hombros angulosos con ambiente galáctico. Por otra parte, sin perder el estilo futurista, también estuvieron presentes los volantes y las mangas anchas.
La línea de ropa retro-futurista también incluyó prendas de estilo más sobrio como chaquetas de traje con cierre de cremallera. Para la oficina destacaron los mini maletines, bolsas de doctor y ¡hasta portafolios! Todos en el mítico monograma de LV y con esquinas protegidas de metal.
Louis Vuitton difuminó el género utilizando modelos andróginos como Jessica Espinosa o el transgénero Krow. A simple vista la audiencia no sabría si llevaban ropa de hombre o de mujer pero ¿importa realmente?
A pesar de que todas las prendas formaban parte de la línea regular de ropa de mujer, el diseñador, que trabaja con el reconocido agente de reparto Ashley Brokaw, explicó que el casting tenía que ver con tocar con ambigüedad cuando se trataba de género e ideas de vestimenta con género, por lo que escogió a modelos transexuales y mujeres andróginas.
«Fue mi idea tratar de ser muy ambiguo con los trajes, porque a veces pensamos que cuando una mujer se viste como un hombre, le está dando poder, y así que pensé que sería muy interesante jugar con esa ambigüedad «, dijo Ghesquière.
En esta colección, más aerodinámica y deportiva que de costumbre, destacaron las chaquetas acolchadas oversize con motivos geométricos combinadas con pantalones cortos y minis sedosos, las blusas románticas con mangas sueltas con chalecos de cuero largos y los vestidos de cóctel asimétricos cortos con estampados esbozos que recordaban a los años 90.
Pero si hay algo que llamó realmente la atención del desfile fue que todos los modelos llevaban el mismo calzado: botines puntiagudos. Unos planos, otros con tacón de aguja, con cordones, con tiras, negros, blancos, rosas… pero siguiendo el mismo patrón.
Imágenes cortesía de Neo2.