El Museo del Prado siempre ofrece nuevas formas de disfrutar el arte. Esta vez se trata de una exposición sensorial, en la que solo deberás dejarte llevar a través de uno de tus sentidos: «El Olfato». La obra, denominada de igual forma, ha sido creada por Jan Brueghel el Viejo y Rubens.
“La esencia de un cuadro», promete ser una de las experiencias más innovadoras que hayas disfrutado hasta el momento. Si te gusta el arte, no puedes dejar escapar esta oportunidad. En la sala 83 del edificio Villanueva, se encuentra «El Olfato», una obra que promete destacar por la variedad de sus olores. Es decir, al fin podemos teletransportarnos a esos tiempos donde el jazmín y las rosas afloraban en cualquier lugar.
Son 10 las fragancias que se pueden disfrutar a través del recorrido. Diez diferentes olores que tienen su presencia visual dentro del cuadro. Esta incorporación ha sido posible gracias a la tecnología AirParfum, «desarrollada por Puig y exclusiva dentro del mundo de la perfumería» Pues, esta innovación permite «oler hasta 100 fragancias distintas sin saturar el olfato, respetando la identidad y matices de cada perfume». Para ello, se han instalado «4 difusores en los monitores táctiles de Samsung disponibles en la sala».
¿Quién diría que la expresión «los cuadros hablan» se haría realidad de una forma poco convencional? Hace escasos años jamás nos hubiésemos imaginado que podríamos disfrutar en pleno siglo XXI, de los olores del siglo XVII. Por ejemplo, las élites de la época se embadurnaban los guantes con perfume para así evadir el mal olor. Este elemento está presente en las diez fragancias creadas para la exposición, como muchos otros, incluyendo la flor de naranjo, higuera, lirio, rosa, narciso, etc.
Procedencia del cuadro
La obra de Jan Brueghel, protagonista y en la exposición, «forma parte de la serie de Los cinco sentidos» (1617 y 1618), expuesta en la misma sala. Según lo que el propio Museo nos cuenta, dicha serie podría ser un encargo de la infanta Isabel Clara Eugenia y su esposo Alberto de Austria. Pues el autor trabajó para la corte durante muchos años.
Desde el año 1636, los cinco cuadros viven en Madrid, pasando por las manos de Felipe IV. Durante un tiempo fueron unas de las obras más importantes para el monarca, hasta que, con el paso de los años, han terminado en manos del Museo del Prado.
Si quieres disfrutar de la experiencia, puedes conseguir tus entradas aquí. Si aún no te decides, ¡la exposición se encontrará presentada hasta el próximo 3 de julio!