A todos nos encantan los pantalones rotos, cuanto más rotos mejor. La versión mom fit es la más chic, y es la que está de moda, pero también hemos podido ver rotos en otro estilo de pantalones, como los pitillos. Desde un leve rasgado hasta pantalones compuestos simplemente por agujeros llenos de largos hilos. A los jóvenes nos encanta, tanto a chicos como a chicas, es un pantalón que a nuestras madres y abuelas les dan ganas de coser, pero que nosotros usamos con frecuencia. Son trendy. Son geniales y muy estilosos, pero tienen su peligro, tienen mucho peligro.
Cuando usamos estos vaqueros durante el invierno la piel suele erizarse e incluso ponerse morada; y durante el verano, el sol es capaz de pintar un Piccaso en nuestras piernas.
¿No os habíais parado a pensarlo? Imaginároslo: estáis en la terraza de un bar tomando algo con vuestros amigos o compañeros de trabajo. Son las doce del mediodía de un maravilloso día de verano y vais monísima con vuestros vaqueros rotos. Os tomáis una caña entre risa y risa. Luego, volvéis a casa, vais a ducharos y os dais cuenta de que tenéis las piernas hechas un cuadro. Puede parecer una tontería, pero no es cosa de risa. Es una moda peligrosa y el comienzo de la estación más esperada del año ya se ha cobrado los primeros sustos.
Muchas chicas han compartido su terrible experiencia vía Twitter. Esta web social está llenas de personas que no han contemplado esta posibilidad y luego se lamentan por no haberse dado cuenta a tiempo. Estamos de acuerdo en que los vaqueros siempre han sido la prenda estrella de la mayoría de los armarios y que han tenido que modernizarse con el paso del tiempo para tener cabida en las numerosas tendencias que acaparan los escaparates de todas las tiendas año tras año. Las quemaduras en piernas y tobillos por culpa de estas prendas son preocupantes. Hace poco os recomendamos los mejores bronceadores con protección solar. El caso es que con protección solar conseguiríamos que estas marcas rojas no fueran quemaduras de primer grado pero no que desaparecieran. Entonces, ¿la solución se encuentra en no usarlos?
Muchos se niegan a valorar esta opción. ¿Vosotros qué opináis? Podéis contarnos si habéis pasado por una situación parecida o si conocéis a alguien con cuadros en las piernas en los comentarios, o vía Twtter con el hatag #yotambiensoyunacebra.