No hay ningún género cinematográfico que produzca tanta división como el de terror, odiado y amado a partes iguales. El terror busca provocar una intensa emoción en el espectador jugando con sus temores y expectativas mediante el uso de todos los recursos fílmicos: música, iluminación, sonido, fotografía… En su momento, el género gozó de una importancia mayúscula, innovando el lenguaje cinematográfico, sin embargo, en la actualidad se suele decir que el terror es caduco y que ya no tiene nada genuino por ofrecer. ¿Es esto cierto?
No hay ningún género cinematográfico que produzca tanta división como el de terror, odiado y amado a partes iguales
Las películas de terror existen desde la creación del cine y han sufrido multitud de transformaciones a lo largo de su historia. Se dice que la primera producción de esta índole la realizó el genio George Méliès y es conocida como La mansión del diablo. La película narra el encuentro de un diablo y de unos fantasmas, concebida como una pieza divertida, los espectadores no tardaron en mostrar miedo a su visionado.
Desde este primitivo inicio de terror, se sucederán numerosas corrientes que añadirán elementos nuevos. Será el caso del expresionismo alemán y su uso de sombras con películas como El gabinete del doctor Caligari (1920), Nosferatu (1922) o Fausto (1926). Más tarde aparecerán las películas sobre monstruos basados en personajes célebres del imaginario colectivo como Frankenstein, el hombre lobo o Drácula. Estos primeros años de cine de terror eran mucho más experimentales en cuanto a forma, narración y temática porque hasta el momento no se tenía experiencia en hacer este tipo de cine.
Uno de los grandes booms dentro del género sucedió durante la década de los años setenta y ochenta (recordado en la actualidad con cierta nostalgia). Fue en este lapso de tiempo que producciones de todo tipo vieron luz: sobrenaturales, terror clásico, monster movie, gore… Nunca antes había habido tanta diversidad dentro del género. Por ejemplo, los setenta vieron estrenarse Tiburón (1975), Carrie (1976), El exorcista (1973), Alien, el octavo pasajero (1979), La matanza de Texas (1975) o Halloween (1978). Los ochenta, por su parte, acontecieron a Pesadilla en Elm Street (1984), La cosa (1982), viernes 13 (1980), El resplandor (1980) o Posesión infernal (1981). Muchas de estas películas siguen teniendo el mismo efecto hoy en día y son calificadas como cintas de culto, dando lugar, en numerosos casos, a sagas taquilleras.
Pero este éxito del género disminuyó en los noventa y el actual siglo. Si nos damos cuenta, la mayoría de producciones anteriormente citadas estaban producidas por grandes estudios, sin embargo, en la actualidad las grandes productoras no apuestan por cintas de terror arriesgadas. Es por ello, que el devenir del terror se encuentra en productoras más independientes que están creando un nuevo tipo de cine, al que podríamos denominar «cine de terror independiente». Aunque existen excepciones como Expediente Warren (2013), producida por New Line Cinema, cuyo éxito está a la altura de su calidad.
En la actualidad las grandes productoras no apuestan por cintas de terror arriesgadas
En cuanto a estas productoras independientes, podemos hacer mención a Blumhouse, creadora de películas de terror interesantes y también exitosas como Paranormal activity, Insidous, La purga, Múltiple, Déjame salir o la más reciente y con críticas positivas El hombre invisible. La otra gran productora es A24 cuyas producciones transcienden el terror convencional, por ejemplo, con las magníficas Hereditary, La bruja o Midsommar.
La novedad dentro del género existe en el marco de las productoras independientes que apuestan por propuestas originales y rompedoras
Por tanto, y como hemos podido ver, el cine de terror ha ido evolucionando a lo largo de la historia del cine. Actualmente, la novedad dentro del género existe en el marco de las productoras independientes que apuestan por propuestas originales y rompedoras. Aunque se piense que este tipo de cine está viviendo una decadencia, esto solo ocurre en las películas más comerciales (que siguen los patrones más convencionales y están llenos de tópicos), pues el cine más introspectivo y psicológico está reviviendo, y podría llevarnos a nueva edad de oro del horror. Dicho esto y estando en taquilla Voces (producción española de miedo con excelentes críticas), solo queda disfrutar de la taquicardia y de los sobresaltos.