La reciente muerte de Liam Payne sigue conmocionando al mundo de la música y a millones seguidores alrededor de todo el mundo. Unas horas después del suceso y tras las primeras investigaciones policiales y forenses, finalmente se han revelado los resultados preliminares de la autopsia. Según los informes, Payne falleció debido a un politraumatismo con hemorragias internas y externas, resultado de una caída desde el tercer piso de un hotel en Buenos Aires. Esta brutal caída le causó unos daños demasiado graves y los médicos y servicios de urgencias que acudieron no pudieron hacer nada por salvar su vida y murió prácticamente en el acto.
Los exámenes forenses han sido exhaustivos y también han comprobado que los brazos no presentan daños ni roturas fruto de un forcejeo o de un intento por para la caída y el posterior golpe. Esto es ya bastante desterminate. Las fuentes de investigación también han confirmado que la habitación en la que se alojaba y desde la que Liam cayó al vacío se encontraba en un estado funesto: había destrozos materiales, restos de sustancias tóxicas, de alcohol y blísteres de medicamentos vacíos. Momentos antes de la muerte el personal del hotel llamó a la policía y avisó de que el cantante se encontraba ebrio y estaba muy violento. En un principio también se descarta que hubiera otra persona con él en ese momento, pero aún no se ha descartado del todo esta posibilidad.
Liam Payne, de 31 años, había estado luchando con problemas de salud mental en los últimos años, una batalla que había compartido en varias entrevistas y en redes sociales. Ha llamado mucho la atención la última historia subida a su cuenta de Instagram. Sus círculos más cercanos han declarado que en ocasiones Liam decía que no le encontraba sentido a la vida. Por eso este fallecimiento ha causado tanto estupor, pues se trataba de una persona joven, aparentemente exitosa y que recibía el cariño de millones y millones de personas. Pero también ha servido para poner el problema de la salud mental sobre la mesa y entender, en parte, la presión a la que están sometidos en muchas ocasiones las estrellas mundiales de la talla de Liam.
El cantante británico deja conmocionada a toda a su familia, incluido a su hijo Bear de solo siete años. Pero el impacto emocional que ha dejado su muerte no solo se limita en su círculo cercano, sino que ha impactado profundamente en la comunidad de seguidores de One Direction. Las redes sociales se han llenado de mensajes de condolencia y tristeza, donde amigos, familiares y fanáticos de todo el mundo expresan su dolor por la pérdida de un ícono musical de toda una generación.
Las autoridades argentinas siguen investigando las circunstancias que rodean al suceso y aunque la autopsia ya ha aclarado las causas físicas de su muerte, aún quedan algunas preguntas sobre lo que ocurrió exactamente en el hotel en los minutos previos al terrible desenlace.
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