Con Elie Saab, cada colección es una reseña de un viaje. Este viaje puede ser real y haber descubierto nuevos puntos de inflexión que añadir al arte del diseño. Hay viajes personales que van más allá; en estos, uno mismo es capaz de reinventarse y modificar su personalidad. Sea como sea, cada viaje cuenta e inspira al resto. Ya puede ser hablando y narrando anécdotas y detalles culturales.
En este caso, el viaje lo ha organizado Elie Saab y es para nosotros. Este diseñador libanés ha sido capaz de remontarnos a esa época de clasicismo femenino añadido a las prendas más masculinas. Muchas veces la verdadera sensualidad se encuentra en las prendas de caballero adaptadas a la figura y encanto femenino. Es la actitud la que complementa una determinada personalidad en un look, ¿no?
Encajes, transparencias, bordados, color negro… Una auténtica oda a la elegancia y al mundo romántico. Pero los románticos reales, los que hacían odas de su yo más profundo y exponían miedos y deseos. Vestidos- joya, gabardinas en rojo, complementos en el cuello y botas por encima de la rodilla era lo que añadía a esta película tan diferente un aire sexy y femenino.
Los detalles, hasta el más mínimo, está muy cuidado. Hay atención en cada bordado, haciéndolo único y diferente al resto, como la ideología de la casa. Las plumas, la pedrería, el raso y los colores chispeantes estaban ahí puestos para enamorar y hacer magia en París. De hecho, la colección muestra un sueño que vive en la fantasía y en “Alfombras Rojas”. Una inspiración preciosa y armónica. Al igual que su puesta en escena.
No es ninguna sorpresa que este otoño e invierno 2020/21 veamos americanas, trajes completos, camisas popelín muy diferentes y dureza en los looks. Un aspecto office sin querer llegar a serlo del todo. Adoramos las chaquetas con volumen y las lazadas al cuello (grandes lazos en color negro sobre la camisa y dejándose ver al abrir la americana), son la insignia perfecta de sofisticación y profesionalidad.
El little black dress vuelve un poco más despegado del cuerpo, pero igual de poderoso. Viene pisando en botas por encima de la rodilla y de tacón. Blusas blancas que se dejan ver lazadas al cuello y capas para fomentar esa masculinidad y elegancia. La gran gama de escotes y estampados en blanco y negro, como los topitos, cinturones anchos realzando la figura y guantes altos. En cuanto a los tejidos, el mix es tan bonito como la lana y el encaje dándose la mano en una única pieza. Los pantalones de vestir quedaban de ensueño con camisas popelín abollonadas y “chalecos” imitando muy airosamente un esmoquin, eso sí, con volumen (en forma de volantes) y brillantes en los hombros.
Una de las joyas de la presentación de Elie Saab fue el estilismo compuesto por una gabardina oversize en color rojo. Abrochada a la cintura, con capa y caída muy suave pese al tejido formal de la prenda. No faltaron las características botas y guantes para este look. Un suave tocado de tul sobre el rostro de la modelo ponían la guinda. Bueno, lo hacía de nuevo el lazo al cuello, no lo podemos evitar. Curioso, dado que la gabardina es la prenda por excelencia parisina y en este color ha roto los parámetros de compras para esta temporada. Haciendo jugar con los colores y olvidar el tono beige un poco más. Siempre lo decimos: la moda está para jugar y vivirla sin estancarnos en lo mismo.
En un Pre-fall hizo un breve adelanto de lo que veríamos en estas fechas. Ha superado las expectativas de una manera magistral. Casi con el deseo incipiente de que comience el frío para inspirar nuestros looks en esta colección. ¿Lo bueno? Si eres una persona a la que le gusta lo clásico, juegas a ganar. Si quieres darle el toque casual, lo tienes muy fácil; añade zapatillas a tu traje de chaqueta o a tu look cerrado por el trench.