Elisa Arboleda, Miss World Jaén 2018

Elisa Arboleda, 170 cm y representando a la ciudad de Jaén.

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Los pilares de una buena Miss deben ser su mejor arma ¿cuáles son las tuyas para hacerte con el título nacional?

El saber estar, una buena educación, la formación, inteligencia, resilencia, empatía, ética y hábitos de vida saludables. Todos estos pilares hacen adaptarme a las situaciones a las que me enfrento día a día de la forma más adecuada.

¿Traje de baño o desfile de noche? ¿con cuál te quedarías y por qué? 

Es difícil hacer una elección así, ya que en el desfile de noche se descubre el estilo y la elegancia de la modelo, pero al final me acabo declinando más por el traje de baño. En él se descubre la espontaneidad de la modelo, la preparación del certamen, el esfuerzo y el sacrificio por conseguir nuestra mejor versión de forma saludable. Estoy muy acostumbrada a escuchar “es que las modelos nacen así, y yo por mucho que haga pues no me voy a ver tan bien”, cuando la realidad es que además de la genética, el mantenimiento de una buena disciplina de alimentación saludable y esfuerzo físico es lo que nos hace lucir así, nada se logra por arte de magia.

Imagina que estas ante el jurado del certamen, ¿qué razones le darías para convertirte en la nueva representante de España en el certamen internacional?

La importancia de elegir a alguien cuya belleza exterior represente a la interior. Estamos acostumbrados a creer que detrás de una imagen espectacular se encuentra un interior vacío cuando en realidad podemos encontrar infinidad de valores. Sobre todo la importancia de llevar conmigo un mensaje sobre la representación real de la mujer. Los certámenes de belleza muestran a una mujer poderosa, llena de valores que lucha por sus sueños, pero la realidad del día a día es diferente, nos encontramos a mujeres víctimas del machismo, en riesgo de exclusión social, dejadas a la sombra del patriarcado, y pienso y siento que a través de mi proyecto social y el certamen puedo tener la oportunidad de luchar por todas aquellas mujeres del día a día que llevan adelante a sus familias a pesar de sus dificultades.

Eres elegida como Miss World Spain 2018 ¿qué esperas después de convertirte en la mujer más guapa de España durante el año 2018?

Multitud de experiencias y oportunidades nuevas. Ser la ganadora del Miss World Spain 2018 te expone en el punto de mira de los medios de comunicación, oportunidad para poder llevar a cabo una función ejemplar exponiendo las situaciones actuales sobre las que la sociedad puede mejorar.

La ganadora del título debe ser una buena embajadora nacional, por ello, uno de los pilares básicos es la solidaridad y la tolerancia. ¿qué campaña social emprenderías si fueses la nueva representante nacional?

Actualmente estoy llevando a cabo un proyecto social llamado Hipoterapia con Mujeres en Riesgo de Exclusión Social, para empoderarlas en su día a día, dotarles de apoyo psicológico, refuerzo, feedback, para que en su día a día sean más independientes, crean en ellas mismas y sean capaces de saber que ellas si pueden controlar la situación, que si pueden luchar por lo que quieren, por lo que les pertenece… por lo que si resultase ganadora del certamen nacional realizaría un continuum de esta acción pero a niveles más grandes, fundaciones de ayuda a la mujer, asociaciones, etc, lo importante es darle voz a todas estas mujeres, y que esta sea escuchada por todo el mundo.

Esta edición, tendréis el placer de vivir la experiencia en Rota, Cádiz. ¿Qué te parece el ambiente en el qué estaréis durante esa semana viviendo experiencias inolvidables? 

Me parece un auténtico privilegio y placer. El Hotel Costa Ballena que nos acogerá de la semana del 10 al 15 de Septiembre cuenta con todas las instalaciones para hacernos sentir como en casa, cuidadas y mimadas. Estoy segura de que pasaremos una semana empapándonos de la historia y la cultura de Rota, disfrutando de su población, gastronomía y costas, toda una experiencia inolvidable.

¿Una ciudad? Jaén Capital, por su gente y su gastronomía. Pero tampoco me puedo olvidar de Baeza, patrimonio de la humanidad.

¿Qué es lo mejor de ti? La constancia y la inocencia. Siempre intentarlo todo con la ilusión de la primera vez.

¿Tu lugar favorito? No hay lugar favorito sin buena compañía, una vez Dani Rovira dijo “El paraíso tiene más de quién que de dónde”. Pero la verdad que mi último lugar de desconexión favorito e inolvidable fue un fin de semana en San Juan de los Terreros, en Almería.

¿Un aroma que te identifique? El olor que desprenden las velas al apagarse. Siempre me aportan recuerdos felices rodeada de gente a la que quiero, tanto familia y amigos como personas especiales.

¿Qué opinas de las redes sociales? Son un arma de doble filo. Para mi opinión debería existir un control mas exhaustivo de las redes sociales en menores de edad, ya que se exponen imágenes no acordes con la edad que tienen algunos jóvenes. Concretamente en mi caso, por ejemplo mi cuenta de Instagram @elisaarboleda supone una herramienta muy útil de trabajo, en ocasiones las compañías y marcas de ropa toman como referencia tu perfil a nivel de porfolio antes que las imágenes que envíes a un casting.

¿Un sueño? Sacarme el Doctorado y poder dar clases sobre la teoría de la Estimulación Basal, que consisten en las técnicas para lograr que los usuarios en estado de mínima conciencia o coma se conecten con su medio y puedan reaccionar a estímulos sensoriales sencillos para comunicarse con el exterior. Poder formar a personas que sean capaces de “despertar” en cierto modo a personas del coma y que este hecho pudiera estar a la orden del día es lo que me hace sentir que estoy en este mundo por algo.

¿Qué solución darías para solucionar el famoso debate sobre el primer y tercer mundo? Pienso que se debería empoderar al tercer mundo de medios para que jamás hubiese escasez de alimentos y agua, y que los derechos básicos del ser humano estuvieran cubiertos, como una vivienda, la salud, o la educación. No existe gente que no tenga ganas de luchar por su vida, existen malas oportunidades debido a que vivimos en un mundo dónde importa más el código postal en el que vivas que tu propio código genético.