La obra de comedia, «En Sevilla hay que morí«, formó parte del calendario del Teatro Lara desde el 19 de abril hasta el 30 de abril, y abrió las puertas a sus presentaciones de martes a sábados. Con solo dos semanas en la capital, el espectáculo no dejo de llenar las sala, y no es para menos.
Esta obra donde se cuenta la historia de Santa Justa y Santa Rufina, dos santas de Sevilla que llegan al público con sus quejas de no tener días festivos dedicados a ellas, ni de ser parte de las procesiones de Semana Santa, ha sido uno de los espectáculos mejor valorados por el público en Andalucía, destacando notoriamente en el FEST 2018.
Con más de 300 funciones y de colgar en varias ocasiones el cartel de «Entradas agotadas«, superando los 45.000 espectadores, En Sevilla hay que morí, se ha convertido en una de las obras favoritas del público, quien logra empatizar con las protagonistas desde el primer momento por sus intenciones de querer crear complicidad con todos los asistentes, entre carcajadas, chistes llenos de sarcasmo, ironías y anécdotas sevillanas que son las encargadas de establecer la conexión.
La historia mejor contada de Santa Rufina y Santa Justa
Dos personajes interpretados por Eba Rubio y David Sigüenza, quienes se encargan de sumergir a todo el público en carcajadas constantes con Santa Rufina y Santa Justa, las dos hermanas de personalidades muy diferentes, pero que se unen para alcanzar el objetivo común, lograr una recolección de firmas y organizar un «crowdfunding» para financiar sus planes de poder hacer que se les conmemore en Sevilla y ser parte de la Semana Santa.
Durante hora y media de presentación, las dos santas cuentan sus historias de vida, desde que fueron torturadas por los romanos hace mas de 2.000 años, hasta sus hilarantes vivencias, sin dejar a un lado los comentarios y criticas en manera de risas, a la iglesia, la política y las cosas típicas de Sevilla.
Con una increíble actuación e incluso, con momentos musicales interpretados por las mismas protagonistas, el espectáculo no da tiempo para aburrirse ni para cuestionar nada de lo que pasa en el escenario, sin duda, te hace sumergirte en una ola de risas y disfrute.