Patricia Mago | Barcelona, 28 de Julio.
Para los amantes del séptimo arte cada vez resulta más complicado ir a disfrutar de su película favorita. El precio de las entradas ha seguido en ascenso durante todo el año y las butacas no se terminan de llenar.
A pesar de los intentos por parte de la Confederación de productores audiovisuales españoles (FAPAE), la Federación de Distribuidores de Cine (FEDICINE), la Federación de Cines de España (FECE) y el Instituto de las Ciencias y Artes del Audiovisual (ICAA) por impulsar las ventas en la industria cinematográfica, llevando a cabo eventos anuales como “La Fiesta del Cine” y rebajando el precio de la entrada por más de la mitad, la recaudación regular se dificulta.
En promedio una entrada al cine cuesta 9,50€, lo que en comparación con otros países como Estados Unidos donde un ticket equivale a 13,00$ no pareciera relevante la diferencia, pero cuando profundizamos en estadísticas como el promedio del sueldo mensual de un estadounidense (3.258$) y el sueldo español (1.634€ según datos aportados por el INE), sí que pesa, sobre todo tratándose de una familia que quiera ir a divertirse.
Sin embargo, el cine tiene sus trucos. Rompiendo con las leyes básicas de la economía: el público generalmente está dispuesto a pagar lo que cueste siempre y cuando obtenga lo que desea. Siendo en este caso ver a sus estrellas favoritas y en día de estreno. Aunque estamos todos de acuerdo que una boletería a tres euros sería como el cielo. ¿Y vosotros, creéis que se llenarían las salas con precios más asequibles?