Hay quienes dedican toda su vida a un solo trabajo, que se dejan la piel en su profesión y que se especializan en el rol al que están llamados a desempeñar en la sociedad. Sin embargo, hay otras personas que, ya sea por inconformidad, por proactividad o simplemente por ganas de experimentar, se dedican a varias cosas a la vez. Polifacéticos. Este último, podría ser el caso de un personaje muy conocido en España gracias a la pequeña pantalla, pero, sobre todo, a su capacidad de sacar sonrisas a la vez que sorprende al público. Hoy hablamos con Luis Piedrahita, a quien se le puede presentar como mago, que ha ganado muchos premios desde joven; humorista, a quien hemos visto en programas como El club de la comedia o El hormiguero; escritor de numerosos libros, guionista de películas y programas o presentador de programas como Un, dos, chef!, además de ser colaborador de radios, y también ha tenido sus momentos como director de cine con la dirección de La habitación de Fermat.
En la actualidad, el cómico natural de La Coruña, se sube al escenario del Teatro Reina Victoria de Madrid a partir del 16 de septiembre en una nueva temporada de su espectáculo Es mi palabra contra la mía, un show en el que Piedrahita reflexiona sobre los momentos más absurdos de nuestro día a día.
Te vemos de presentador, en programas de televisión, haces magia, actúas en el teatro… Estás en todas partes.
Es que las desgracias nunca vienen solas (Ríe). Para mí es todo lo mismo, es hacer cosas en las que me río, gamberreo… Y si quieres analizarlo más en profundidad, es regalarle al espectador un final que no se espera. Esto lo tiene la magia, un evento, un show… Hacemos cosas que la gente no se espera, esa es una de las claves del humor: pones una serie de elementos y, cuando los cierras, hay un cortocircuito, hay una sorpresa del intelecto que hace que la gente se ría.
¿Te cuesta mucho escribir humor?
No, realmente no. De hecho, es lo único que sé hacer. Claro que me cuesta, pero les cuesta más a los que no lo hacen todos los días.
¿Desde que eres pequeño has estado unido a la comedia?
Sí, desde pequeño he tenido una tendencia irrefrenable al humor. Y en el escenario también llevo mucho. Yo creo que, en teatros de la capital, con espectáculo fijo, igual unos viente años. Sólo en el teatro de los Cines Callao, estuve como siete u ocho años. Y antes, en la chocita del loro. Y, ahora, en el teatro Reina Victoria.
Viendo esta trayectoria de más de veinte años sobre los escenarios, ¿cómo definirías esta estela temporal que estás viviendo?
Esta es la obra de un privilegiado. Soy un señor que ha tenido una suerte tremenda de hacer lo que me gusta y, sobre todo, que el público lo refrende, porque tú necesitas renovar el contrato todos los años, y eso lo renueva el público, yo no puedo hacer nada.
¿Qué te queda por hacer?
Me gustaría seguir haciendo lo que hago, cada día un poquito mejor, ese es mi único objetivo y reto. Me gustaría seguir haciendo comedia. Ahora estoy preparando, lo que pasa es que no estará listo hasta dentro de un par de meses, un curso explicativo de magia, para que la gente que no tiene ni idea, pueda empezar de cero. Para alguien que no sepa ni lo que es una baraja de cartas. De cero, sin saber hacer nada, uno termina haciendo juegos muy buenos, algunos de ellos los he hecho en televisión.
De mago a profesor de magia. ¿Es importante enseñar los secretos?
No es necesario que lo explique yo, pero sí es necesario que, si alguien quiere aprender, pues aprenda de gente con experiencia, y que no se meta en YouTube o donde sea. Aprender de alguien con experiencia es la mejor manera de aprender.
¿Y de quién has aprendido tú?
Pues de Juan Tamariz, de los libros que ha escrito Pepe Carroll, Arturo Ascanio… Y yo creo que para la gente que quiera aprender, si yo les puedo echar una mano, ahí estoy.
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La obra cumbre de la literatura en habla hispana es una obra humorística: El Quijote.
Volviendo al humor. Eres un cómico español y trabajas en escenarios y programas de este país. ¿Como ves la situación del humor en España?
Yo creo que España es un país privilegiado en materia de humor, y no sólo en este momento concreto, sino históricamente. Tu piensa que la obra cumbre de la literatura en habla hispana es una obra humorística: El Quijote. Es una obra satírica, que parodia los libros de caballerías, que tiene chistes. Realmente El Quijote es una obra de un monologuista, con su alter ego, que va haciendo sus reflexiones. Es una obra humorística. Así como en otros lugares no ocurre así, por ejemplo, la literatura anglosajona es distinto, la obra cumbre es Shakespeare y no es humorístico, es dramático.
Son muchos los escritores en España que han escrito y escriben comedias…
España tiene una gran tradición de humor: los grandes de las letras, todos, chapoteaban en la comedia: Quevedo, Gómez de la Serna… Y luego los más explícitamente cómicos, como Jardiel Poncela, Fernández Flórez, Julio Camba, Valle Inclán… Esta gente eran artistas que recurrían muchísimo a la comedia. Aquí hay una tradición, y eso hace que cada vez haya más humoristas, pero, sobre todo, que el público se vaya refinando y disfrutando del humor. Por eso, creo que vivimos un maravilloso momento que dura ya 600 años.
Tras las vacaciones, vuelta a los escenarios. ¿Cómo te sientes ahora con una nueva temporada del espectáculo?
Hacemos una nueva temporada con espectáculo que a mí me encanta, y no lo digo orgulloso y valioso, sino aterrorizado, porque va a haber un día en el que tenga que escribir uno mejor, y no me veo capaz. Así que, quien quiera verme en mi mejor momento, este es el momento, porque yo voy a peor… Es imposible que yo escriba un texto mejor.
Entonces, ¿es un texto tuyo?
Sí, es un texto mío. Colaboran siempre conmigo, a la hora de escribir los textos, Rodrigo Sopeña y JJ Vaquero, y hacemos nuestros brainstormings y nuestros intercambios de ideas, pero es un texto muy personal, muy divertido, como los monólogos que he hecho toda la vida.
El título de tu obra es “Es mi palabra contra la mía”. Aquí le has dado una vuelta a la típica expresión.
Siempre damos una vueltecilla, sí. Realmente el show habla de una contradicción, por lo tanto Es mi palabra contra la mía es un poquito oximorónico, porque habla de que nadie está contento con lo que le ha tocado. Ese es el punto de partida, y yo voy analizando descontentos domésticos. Nadie está contento con su edad, con su aspecto, con su sueldo… Sin embargo, al final del show, hay una especie de pirueta donde se demuestra que hay algo que hace la vida soportable y que ayuda a desactivar todos esos descontemos, que lo hemos experimentado esa noche en el teatro, y es muy catártico… De ahí parte el título.
Imagino que, al final del espectáculo, nos descubres algo inesperado, ¿no?
Sí, al final del show llevamos hablando casi dos horas de que nadie está contento con lo que le ha tocado, y en los últimos minutos hablamos de la muerte y de cosas duras, y en ningún momento hemos parado de reír, puede que esa sea la manera de hacer llevaderas estas mierdas… El humor es de las pocas cosas que hacen la vida soportable. Hablamos de que la vida es un viaje de la cuna a la tumba, donde nadie está contento con lo que le ha tocado, pero tienes que escuchar el final del show para entenderlo. El humor funciona como el sistema de amortiguación de un coche, si tú no tienes ese sentido del humor, cada una de las piedras del camino va a ser una molestia. Quiero que la gente lo experimente.
¿Cómo te gustaría que te recordara el público?
Me preocupa muy poco cómo me recuerde la gente. No es algo en lo que piense a menudo. Sin embargo, sí me interesa y me preocupa mucho lo que vive la gente que viene al show, cómo salen del teatro después de la función.
¿Y cómo te gusta que salga el público del teatro?
Me gusta que salgan emocionados, con dolor muscular de haber reído, ese dolor en los músculos del día siguiente, que te duele el cuerpo de haberte reído tanto, se llama risaca. Me interesa que la gente disfrute muchísimo en el teatro, que salgan emocionados y que piensen “esto que acabo de ver es algo excepcional”, no sólo ha valido la pena el precio de la entrada, sino que hemos visto algo que no se ve en cualquier parte.
Las entradas para ver a Luis Piedrahita en Es mi palabra contra la mía se pueden aquirir aquí.