Otro año más, es Abril. Aunque no es un Abril cualquiera. Este año las flores no aromatizan nuestras calles, el sol no ilumina nuestros andares y la brisa del mar no acaricia nuestra piel. Es Abril, pero no es primavera.
Nuestro país se encuentra inmerso en un mar de lágrimas que inunda los hospitales de medio mundo. Un virus desgarrador está arrasando con la vida de los ciudadanos y nuestro mundo no saborea la mejor de las primaveras. El COVID-19 ha vetado nuestra vida, tal y como la conocemos. Una pandemia de fama mundial que llegó arrasando y quebrando nuestros corazones, para convertir las sonrisas de un Abril en calma, en puro drama. Noticieros del mundo, Abril no es humano, pero huele a esperanza.
»Hicimos pausa en la vida para convertirnos en héroes del pasado y vencedores del futuro»
Somos un país vivo, un país fiestero, un país que da la vida por su gente y que no disfruta de sus calles por salvar vidas, un país que en Abril lucha por la gran victoria. Nuestras calles huelen mejor que nunca, nuestras arboles nos echan de menos y nuestros animales extrañan nuestra presencia. Se apoderan de las calles zorros, pavo reales, patos e incluso vacas. La contaminación es cero, hemos parado el mundo. Hicimos pausa en la vida para convertirnos en héroes del pasado y vencedores del futuro. Nuestro cielo respira felicidad y brilla más que nunca. La lluvia cae sobre los tejados de las casas viejas y nuevas, convirtiendo la acción, en reacción. Limpia nuestras calles y desinfecta nuestras vidas. El agua de la lluvia sana nuestro mundo.
Mientras los sanitarios luchan contra un virus, la sociedad brinda una nueva oportunidad al mundo para luchar por nuestro planeta. Sin coches, sin gases, sin estrés, se ha parado el mundo y es de agradecer. Hemos borrado la mancha negra que cubría nuestro cielo y hemos encontrado fenómenos atmosféricos que durante décadas desconocíamos. Las calles de Madrid se tiñeron de blanco en Abril. Las playas recuperaron su belleza y las montañas su verdín. El planeta ahora es feliz. Luchamos por salvar vidas, mientras que la luna nos sonríe agradeciéndonos, no salir.
»El planeta ahora es feliz. Luchamos por salvar vidas, mientras que la luna nos sonríe agradeciéndonos, no salir»
Cuando todo esto acabe, seremos mejores personas. Más humanos, más cercanos, menos raros. Abrazaremos con o sin necesidad, besaremos con o sin ganas y bailaremos con o sin motivo. Porque nuestro país es arte, es bello y es solidario. Echaremos de menos aplaudir pero jamás se nos olvidará el gesto de agradecimiento a la sociedad por convertir a Abril, en nuestra esperanza, nuestra lucha y nuestro camino.
En 2020, todos fuimos héroes y en Abril, fuimos humanos. Los héroes vestían mascarilla y guantes. Las cajeras de supermercados y los servicios de limpieza se convertían en los imprescindible. En Abril, descubrimos que nadie es más que nadie y descubrimos que TODOS se escribe todo junto. Los más pequeños iluminaban las ventanas y las redes sociales acompañaban a los ancianos más vulnerables. Los ricos se encerraban en casa mientras que la clase obrera le devolvía la vida que le faltaba. Los gestos de solidaridad vidriaban sus retinas y su yo más profundo se convertía en sonrisa. Porque en Abril, fuimos uno.