Si hay una historia trágica en el arte es la de la pobre Giselle. Una joven doncella de gran belleza que literalmente muere de amor. Por el engaño y sorpresa al descubrir que su querido aldeano no es quien en realidad es. Que su querido amado ama a otra. Así, Giselle es condenada a vagar por los bosques cerca del río Rin. Junto a otras jóvenes que han muerto sin conocer el amor o de desamor.
Esta historia maldita y triste, máximo exponente del ballet romántico, es de 1841. Pero, por mucho que pasen los años. Por mucho que cambiemos a duques por crushes, guardabosques por stalkers, esta historia de desamor se sigue repitiendo en la actualidad.
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Esta es la idea que la Compañía de Danza Contemporánea Kor’sia nos quiere transmitir en Giselle, una obra presentada en Teatros del Canal en Madrid. Una coreografía, idea y dirección de Mattia Russo y Antonio de Rosa. Una puesta de escena futurista, loca y de la que no puedes apartar la mirada. Giselle simboliza el amor puro, la inocencia y la bondad… y nada más empezar asistimos a su funeral. ¡Giselle ha muerto! Y con ella el verdadero significado del amor romántico. ¿Lo podremos recuperar en la actualidad?
Conforme avanza el ballet vamos asistiendo a distintas fases del amor actual: siempre rodeados de cámaras, siempre narcisistas, enseñando nuestra parte más perfecta. Pero, a la hora de la verdad, no sabemos gestionar nuestras emociones y colapsamos (literalmente). Entonces entramos en el juego de ir de una persona a otra, de buscar solo lo físico (porque no sabemos llegar más allá).
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¿Nos hemos convertido en Willis? ¿Esos seres místicos del ballet clásico que solo buscan venganza tras el desamor? ¿Conseguiremos recuperar la pureza del amor? Con la música original de Adolphe Adam (eso sí, según el orden dispuesto por Kor’sia), con sólo once bailarines y un escenario circular Giselle nos atrapa durante toda la función. Nos sitúa en un universo como de ciencia ficción, con una voz omnipresente que se va entremezclando con las melodías del ballet, al igual que esos toques digitales. Así, asistimos a este juego de espejos de dualidad entre Giselle y las Willis.
La función se representó los días 11, 12 y 13 de diciembre, pero estad atentos a la web y redes de la compañía madrileña, pronto tendrán más espectáculos, más grandes temas que tratar y más ballets con los que hacernos pensar.